viernes, 4 de enero de 2013

Capítulo 5

Un mes después, un largo mes… Un mes en el que perdí las ganas de vivir.

La hora del almuerzo. ¿Almuerzo? Esa palabra no existía en mi vocabulario, mamá nos había dejado comida en la heladera, comimos con Valen, lo hice con asco, pensando en que después lo vomitaría…
Corrí al baño y vomite, si, metiéndome los dedos en la boca. Provocándome aquel vómito y sintiendo placer al hacerlo. No era consciente de lo que hacía (O quizás sí) Pero como siempre, termine llorando. Odiaba hacerme mierda, pero no podía controlarme. Me veía gorda, y flaca a la vez. Era como si me hubiesen metido un chip en la cabeza que dice constantemente “Sos gorda” yo sé que no es así, pero ese chip no logro sacármelo. ¡Es imposible!
Me pare en la balanza, una y otra vez, deseando que ese maldito número disminuya.
Lave mi cara y mi boca para correr a encerrarme en el cuarto, quite mi ropa con torpeza, haciéndolo rápidamente, antes de arrepentirme, quedando en ropa interior para mirarme al espejo de cuerpo entero.
Odio lo que veo. ¡Lo odio! No dejaba de mirarme, ni de moverme frente al espejo, llorando cada vez más. Necesito gritar, necesito pedir ayuda, pero no puedo, es como si cuando quisiera gritar me quedara sin voz.
Por primera vez me anime a buscar en internet sobre la anorexia, nunca lo había hecho por miedo…
Una sensación horrible me invadió al darme cuenta de que yo sufría todo aquello… Mi piel ya no tenía el color de antes, era pálida. Mis ojos estaban cada vez más hundidos y mis ojeras eran cada vez más notorias, mi piel seca, mis labios secos y quebradizos, ya no menstruaba regularmente como antes, había perdido mucho cabello, mis uñas se rompían muy fácilmente, sentía frecuentemente dolores de cabeza y abdominales, vivía rechazando comida, tomando líquido, auto induciéndome vómitos, usando la balanza, vivía depresiva. Solía bajarme la presión, y dormir cada vez menos.
Las lágrimas no dejaban de rodar mis mejillas y el miedo se apodero completamente de mí al leer “Infertilidad” y “Muerte”
Lo que acaba de leer decía que perdías las ganas de salir, de hacer cosas… y eso es lo que había comenzado a ocurrirme en este último mes. Ya no tenía ganas de nada, me canse de mentirle a la gente, de poner una sonrisa falsa en mi cara cuando por dentro me estoy destruyendo, me estoy haciendo pedazos, cuando por dentro mi corazón vive llorando.
Hacía mucho que no me miraba al espejo como lo había hecho hace algunos minutos, me bañaba y me cambiaba a oscuras, para no verme, porque me odiaba.
Me siento mal por no ser perfecta, y por eso me odio. Me hice adicta, adicta a no comer, a sentirme segura al no hacerlo.
Por primera vez tuve pánico, por primera vez tome conciencia de la mierda que estaba sufriendo, de que necesitaba ayuda. ¿Cómo pedirla?
Hecha un bollito en mi cama, llorando sin parar. Así estuve el resto del día, y de la noche. Le dije a mamá que me sentía mal y que quería dormir. Sentirme mal era poco, dormir, nunca lo hice.

Sonó mi celular…
“Pensé que los vecinos solían cruzarse… pero hoy no tuve suerte, últimamente no tengo suerte”
Por primera vez en el día un intento de sonrisa apareció en mi rostro.
“Es que no salí en todo el día, me siento mal”
“Estás enferma?”
“No, bah, no sé. Es algo largo, difícil de explicar…”
“Puedo llamarte?”
“Mmm… sí”

Paula- Hola.
Pedro- Hola Pau… ¿Cómo te sentís?
Paula- Mal… pero.
Pedro- Sí, ya sé… es largo y difícil de explicar, y no hace falta que lo hagas.
Paula- Me conociste mucho.
Pedro- Puede ser… ¿Estás sola, no?
Paula- ¿Cómo sabes?
Pedro- Las vi a tu mamá y a tu hermanita salir, me dijeron que se iban hasta mañana. ¿Queres que vaya a hacerte compañía?
Paula- Si no te espantas de mí. ¿Tenes las llaves de acá todavía?
Pedro- Las tengo, ya voy para allá.
Paula- Gracias.

Escuche el ruido de las llaves y él se dirigió a mi pieza…
Pedro- Pau, no podes seguir así. ¿Me contas que te pasa? (Se sentó a mi lado, acariciándome el pelo. Ya hacía bastante que nos conocíamos y podría decirse que éramos amigos)
Paula- Te juro que por más que quiera, no puedo. No me sale.
Pedro- Si no me lo queres contar a mí no me lo cuentes, pero a tu mamá, a una amiga. A alguien Pau.
Paula- Es horrible lo que me pasa Pedro, y no puedo controlarme. Ya no tengo ni fuerzas para bailar.
Pedro- ¿Me lo contas? Quiero ayudarte.
Paula- Nadie puede ayudarme.
Pedro- Algo por vos voy a poder hacer.
Paula- Necesito gritar lo que me pasa, pedir ayuda, auxilio. Pero cuando me decido a hacerlo es como si me quedara sin voz. No puedo, te juro que no puedo.
Pedro- Sí que podes hermosa.
Paula- No, no puedo.
Pedro- Confia en que alguien va a poder ayudarte, confia en que todo tiene solución. Por favor…
Paula- ¿Te quedas esta noche a dormir acá? Traemos el colchón de Valen, ellas no vuelven hasta mañana.
Pedro- Me quedo con vos, tranquila. (Tomo mi mano y acaricio mi frente) Estás congelada Pau. (Agarro una manta y me tapo) Intenta tranquilizarte un poco, no te hace nada bien estar así…
Paula- (Suspire) No puedo Pepe.
Pedro- Sh, sí que podes. Descansa, dale. Te va a hacer bien. Yo te cuido. (Sonreí a medias y cerré mis ojos) Te quiero bonita.
Paula- Yo también te quiero Pepe. (Y se quedó a mi lado, jugando con mi pelo hasta que me quede dormida)
Me desperté varias horas después, él dormía al lado mío en el colchón de Valen (Supongo que lo había traído). Yo no podía dejar de mirarlo. ¡Es tan lindo! Y como me cuida… Necesito que sepa lo que siento, pero me muero de vergüenza. (Ambas cosas me dan vergüenza, lo que siento por él y mi enfermedad)
Acaricie su mejilla, sentir el contacto de mi piel con la suya me hacía bien, me tranquilizaba, por eso logró que me duerma. Él me tranquiliza, me hace bien, me hace salir un poco de todo esto, en este último mes me cuido demasiado, y es el único que sabe que “algo” me pasa que va más allá de un mal estar físico. A veces creo (o quiero creer) que él siente algo por mí, más allá de una amistad, porque nadie que te conoce hace un mes hace todo lo que él hizo por mí.

Pedro- Pau. ¿Estás bien? Tenes la mirada triste…
Paula- Sinceramente no.
Pedro- ¿Queres que vayamos a dar una vuelta y después la vamos a buscar a tu hermana?
Paula- No hace falta Pepe.
Pedro- Dale Pau, si te estoy invitando es porque quiero que vayamos.
Paula- (Suspire) Sos un amor conmigo.
Pedro- Porque te quiero, y porque no me gusta verte mal. Dale. ¿Vamos?
Paula- Esta bien, vamos. (Sonreí y salimos del estudio para comenzar a caminar hacia la plaza que estaba a la vuelta de allí, nos sentamos debajo de un árbol)
Pedro- Ya te lo dije, y no quiero sonar reiterativo, pero sabes que si necesitas hablar podes contar conmigo.
Paula- Lo sé, y te lo agradezco, pero es muy difícil…
Pedro- Cuando quieras y sientas que podes hacerlo.
Paula- Gracias.
Nos quedamos un rato charlando sobre cosas cotidianas y nos dirigimos a buscar a Valen, ella vino corriendo al vernos juntos, me saludo y salto para que Pepe la alce.
Pedro- Hola linda.
Valen- Hola. (Dijo sonriendo) Qué lindo que hayan venido a buscarme…
Paula- ¿Queres que lo invitemos a almorzar?
Valen- ¡Sí!

Pedro y Valen habían generado una relación muy linda, y me encantaba verlo juntos… Valen nunca se había llevado bien con mis ex, y aunque no seamos nada con Pedro, tengo fe en que algún día si lo seremos, y que Valen lo quiera me hace feliz.

Estábamos en su casa, él había ido al baño y yo salí al balcón, estaba inmersa en mis pensamientos, en las pocas ganas que tenía de seguir viviendo cuando sentí que me abrazo por la espalda, posando sus manos en mi panza. Era la primera vez que lo hacía y sentí un torbellino de emociones, el cual enloqueció al sentir su respiración en mi nuca.
Pedro- ¿Estás un poquito mejor? (Pregunta debido a que hasta hacía cinco minutos había estado llorando)
Paula- Eso creo…
Pedro- Tranqui, llorando no vas a solucionar nada.
Paula- Ya lo sé, pero no sé qué hacer.
Pedro- Podes empezar por hablar, con quien quieras y te sientas segura, siempre es más fácil salir de lo feo con el apoyo de alguien. (Beso mi mejilla y yo cerré mis ojos, suspirando) Sos hermosa Pau. (Sonreí, sonrojada y me di vuelta para abrazarlo, intentando esconder mis cachetes color tomate, lo hice rodeando su cuello con mis brazos, él imito mi acción, rodeándome por la cintura)
Te quiero mucho.
Paula- Yo también te quiero mucho Pepe.
Y en ese abrazo sentí que se paró el tiempo, que no existía nada más que él y yo, juntos, unidos.
-------------

Hola! Este capítulo se me hace muy chocante, espero que les guste, porque no termina de convencerme.
Y de nuevo gracias por todos los comentarios, son lo más! Y ya saben, si quieren que se las pase cuando subo me avisan por twitter, @paulashines

PD: No entiendo por qué mierda no le puedo sacar eso blanco de fondo, perdón si no se lee!

4 comentarios:

  1. se puede leer igual. esta buena la nove :D

    ResponderEliminar
  2. ayyy me encanto,ojala pau se deje ayudar por pepe...subí más!!!

    ResponderEliminar
  3. aiaiaiaiaiaia me encantó, ojalá que Pau le cuente! Seguila porfi :3

    ResponderEliminar
  4. me encanta la novela !! pobre pau ojala pueda buscar ayuda en pepe !! segui subiendo cap que estan buenisimos

    ResponderEliminar