Cuenta Paula.
Lo último que recuerdo es ir caminando por
la calle, pensando en que tan solo me quedaban dos cuadras para llegar al
edificio e ir a llenarlo de besos a MI NOVIO, porque eso éramos ahora. Novios.
Suena tan lindo.
Pero creo que nunca llegue, no, creo no. Nunca llegue.
Recuerdo perfectamente la imagen en la cual un auto rojo apareció de la nada por la calle en la cual yo cruzaba, a una velocidad fuera de lo convencional.
Tengo patente el impacto de aquel auto sobre mi cuerpo, recuerdo que me levantó por el aire y me tiro al suelo, en donde impacte con mi cabeza y sentí que el mundo retumbo dentro mío.
Recuerdo de ver sangre a mí alrededor, mucho bullicio y gritos. Luego algunas sirenas, que gente se acercaba, lograba oír sus pasos, y se alejaba rápidamente.
Solo lograba recordar sonidos o sensaciones, creo que era porque mis ojos estaban cerrados.
Luego, logro recordar que me levantaron y me dejaron en un lugar algo acolchonado, supongo que una camilla, sentí que aquella se movía y subía en otro lugar. ¿La ambulancia? Eso creo, porque escuchaba demasiado cerca el ruido de la sirena.
No sé cuánto tiempo pase arriba de ella, lograba sentir que me hacían algunas curaciones, que tomaban mi presión, pulsos y latidos. Que pusieron un cuello ortopédico en mi cuello y que de algún modo inmovilizaron mi brazo derecho, el cual era lo que más me dolía junto con mi cabeza.
Logre sentir como la camilla nuevamente se movía, y muchos médicos hablaban algo alto, y desesperados. Pero no recuerdo que decían.
La camilla por fin se paró, y quitaron mi ropa, al menos mi remera y mi pantalón, y comenzaron a revisarme, a ponerme aparatos, y millones de cosas que no lograba distinguir.
Hasta que por fin, me dejaron sola. Por un rato demasiado largo.
Sentí que la puerta se abrió, muchas veces eran los médicos, otras tantas mi mamá, Pepe o mi hermana.
Pero creo que nunca llegue, no, creo no. Nunca llegue.
Recuerdo perfectamente la imagen en la cual un auto rojo apareció de la nada por la calle en la cual yo cruzaba, a una velocidad fuera de lo convencional.
Tengo patente el impacto de aquel auto sobre mi cuerpo, recuerdo que me levantó por el aire y me tiro al suelo, en donde impacte con mi cabeza y sentí que el mundo retumbo dentro mío.
Recuerdo de ver sangre a mí alrededor, mucho bullicio y gritos. Luego algunas sirenas, que gente se acercaba, lograba oír sus pasos, y se alejaba rápidamente.
Solo lograba recordar sonidos o sensaciones, creo que era porque mis ojos estaban cerrados.
Luego, logro recordar que me levantaron y me dejaron en un lugar algo acolchonado, supongo que una camilla, sentí que aquella se movía y subía en otro lugar. ¿La ambulancia? Eso creo, porque escuchaba demasiado cerca el ruido de la sirena.
No sé cuánto tiempo pase arriba de ella, lograba sentir que me hacían algunas curaciones, que tomaban mi presión, pulsos y latidos. Que pusieron un cuello ortopédico en mi cuello y que de algún modo inmovilizaron mi brazo derecho, el cual era lo que más me dolía junto con mi cabeza.
Logre sentir como la camilla nuevamente se movía, y muchos médicos hablaban algo alto, y desesperados. Pero no recuerdo que decían.
La camilla por fin se paró, y quitaron mi ropa, al menos mi remera y mi pantalón, y comenzaron a revisarme, a ponerme aparatos, y millones de cosas que no lograba distinguir.
Hasta que por fin, me dejaron sola. Por un rato demasiado largo.
Sentí que la puerta se abrió, muchas veces eran los médicos, otras tantas mi mamá, Pepe o mi hermana.
Eugenia-
(Notaba su voz llorosa, angustiada) Hola hija. (Dijo acariciando mi pelo y
tomando mi mano) No sabes lo que te extraño, lo que te necesito. Lo que daría
porque puedas a abrir esos ojitos. Dale, sos fuerte hijita. Vos podes. Yo sé
que vos podes, que tenes la fortaleza para hacerlo. (Sentí que nuevamente
acaricio mi pelo) Acá te necesitamos y te extrañamos mucho los tres.
Tres semanas sin vos es demasiado.
¿Tres semanas? ¿Qué? ¿Hacía tres semanas que yo estaba así? ¿Cuándo había pasado tanto tiempo?
Una sensación de miedo, de pánico, me recorrió, llegando a cada rincón de mí. ¿Y si nunca más puedo despertarme?
No, Paula. No. Vos vas a despertarte. Vos podes, pasaste mil cosas horribles, este es un obstáculo más de esta dificultosa vida y vas a poder superarlo.
Intentaba serenarme hablándome a mí misma, al fin y al cabo no podía hacerlo con alguien más.
Tres semanas sin vos es demasiado.
¿Tres semanas? ¿Qué? ¿Hacía tres semanas que yo estaba así? ¿Cuándo había pasado tanto tiempo?
Una sensación de miedo, de pánico, me recorrió, llegando a cada rincón de mí. ¿Y si nunca más puedo despertarme?
No, Paula. No. Vos vas a despertarte. Vos podes, pasaste mil cosas horribles, este es un obstáculo más de esta dificultosa vida y vas a poder superarlo.
Intentaba serenarme hablándome a mí misma, al fin y al cabo no podía hacerlo con alguien más.
Valen-
Hola Pau. (Beso mi mejilla y por dentro sonreí) ¿Cuándo te vas a despertar? ¡Te
extraño y me aburro sin vos! ¿Sabes qué? Te estoy escribiendo en un cuadernito
que mamá me compró todo lo que hago y todo lo que quiero decirte, así cuando te
despertas lo lees, o yo te lo leo. Como vos quieras… espero que eso pase
rápido. (Notaba su voz angustiada y eso me partía al medio, me hacía peor de lo
que estaba. Quiero abrazarla, decirle que estoy con ella, siempre. A pesar de
todo.
Sentí que se acostó a mi lado y me abrazo) Me gusta estar acá con vos y abrazarte Pau, quiero cuidarte como vos siempre me cuida a mí. (¡Te amo Valentina!)
De nuevo estaba sola, y cuando estaba sola todo me aterraba. Porque no sabía estaba… viva o muerta. Estaba desesperada, necesitaba despertar, abrir mis ojos y que esta pesadilla horrible se termine de una maldita vez.
Sentí que se acostó a mi lado y me abrazo) Me gusta estar acá con vos y abrazarte Pau, quiero cuidarte como vos siempre me cuida a mí. (¡Te amo Valentina!)
De nuevo estaba sola, y cuando estaba sola todo me aterraba. Porque no sabía estaba… viva o muerta. Estaba desesperada, necesitaba despertar, abrir mis ojos y que esta pesadilla horrible se termine de una maldita vez.
Doctora-
¿Resultados de sus últimos estudios?
Doctor- Iguales, el golpe en la cabeza no sabemos que puede llegar a causarle, aunque a simple vista en las placas no parezca un daño permanente, me preocupa que no despierte.
Doctora- ¿Usted qué quiere decir?
Doctor- Que no sé si se va a despertar pronto, a veces creo que está en un coma muy profundo.
Creo que lo mejor sería sedarla, e inducirla en un coma farmacológico.
Doctora- ¿Para qué?
Doctor- Porque lo del coma es una impresión mía, los estudios no lo dicen. Pero no la veo con muchos ánimos de levantarse, y quizás esté sufriendo demasiado los dolores.
Pero. ¿El coma no es un estado de inconciencia? Eso leí en un libro. ¡No doctor! Yo estoy consciente, por favor. ¡No!
Doctor- Iguales, el golpe en la cabeza no sabemos que puede llegar a causarle, aunque a simple vista en las placas no parezca un daño permanente, me preocupa que no despierte.
Doctora- ¿Usted qué quiere decir?
Doctor- Que no sé si se va a despertar pronto, a veces creo que está en un coma muy profundo.
Creo que lo mejor sería sedarla, e inducirla en un coma farmacológico.
Doctora- ¿Para qué?
Doctor- Porque lo del coma es una impresión mía, los estudios no lo dicen. Pero no la veo con muchos ánimos de levantarse, y quizás esté sufriendo demasiado los dolores.
Pero. ¿El coma no es un estado de inconciencia? Eso leí en un libro. ¡No doctor! Yo estoy consciente, por favor. ¡No!
Nuevamente
pude sentir los pasos de alguien ingresando al cuarto. Por lo pausado y tranquilos
de estos me animaba a arriesgar que era Pedro, y sí, él lo era efectivamente,
pude confirmarlo al sentir el contacto de su piel con la mía, cuando tomo mi
mano y entrelazo nuestros dedos.
Sentí que se sentó en esa silla, que supongo, estaría a mi lado y beso suavemente mi mano.
Luego, sin soltar nunca mi mano, comenzó a acariciar mi pelo. Disfrutaba tanto de aquel mimo.
Me hacía sentir viva, a pesar de todo.
Pedro- Hola preciosa. (Susurró a mi oído, logrando darle un vuelco a mi corazón) ¿Cómo estás? ¿Cómo te sentís? No sabes lo que me costó dormirme anoche sin vos, bueno, lo mismo que me viene costando desde que estás acá. Te extraño todo el tiempo Pau. ¿Cuánto falta para que te despiertes? (Si yo lo supiera mi amor) No me gusta verte así. Extraño todo de vos, todo.
Tu voz, tu mirada, tus besos, tus lágrimas, tu risa, tu sonrisa. A vos bonita, a vos. Te necesito. ¿Te acordas que yo te conté que me habías devuelto la sonrisa? Bueno, ahora sin vos la sonrisa volvió a borrarse de mi rostro, y de mi corazón. (Y en ningún momento había dejado de acariciar mi pelo.
Ojala pudiese abrir mis ojos y devolverte esa sonrisa hermosa que tenes Pepe, pero te juro que no puedo. Ya no sé cómo hacer)
Y en aquel momento otra persona ingreso a la habitación.
Doctor- ¿Su madre no está?
Pedro- No. ¿Paso algo?
Doctor- Necesitamos permiso para inducirla en un coma farmacológico.
Pedro- ¿Para qué?
Doctor- Porque no se despierta.
Pedro- Y tampoco se va a despertar si la duerme artificialmente. (Note un dejo de enojo en su voz)
Doctor- Usted no me va a decir a mí como hacer mi trabajo. La vamos a dormir. (Y en ese momento apreté su mano, haciendo un esfuerzo demasiado grande, pero de algún modo tenía que hacerme notar. Mi amor, por favor, date cuenta de lo que quiero decirte)
Pedro- No, pero ni su madre ni yo le vamos a dar el permiso para que lo haga. Y acaba de apretar muy fuerte mi mano, no me venga con que es un reflejo, yo sé que ella está consciente y que pronto va a despertarse, no necesito ser médico para saberlo. Ahora. ¿Me deja a solas con mi novia? Quiero aprovechar mi rato con ella. (¡Te amo tanto Pedro!) ¿Se va? (Y al fin pude escuchar como ese médico se iba) Tranquila Pau, nadie va a dormirte. Yo sé que vos me escuchas, yo sé que estás acá. (Y en ese momento volví a apretar su mano y pude sentir que esbozó una sonrisa) Yo lo sabía hermosa. (Beso mi mano) Tu vieja y yo estamos acá para cuidarte, hasta que te despiertes, y siempre. ¿Sabes? Ahora, te lo pido por favor, hace un esfuerzo por despertarte, no aguanto más sin vos. (Y esta vez pude sentir como sus labios se posaron sobre los míos, haciéndome sentir viva, nuevamente. Intente responder a aquel beso, pero fue en vano) Extraño que me respondas cuando te beso. (Dijo algo angustiado y me odie) Me tengo que ir, pero no me muevo del otro lado de la puerta. Lo prometo. (Volvió a besar mis labios y luego de susurrarme un “te amo” al oído se fue)
Sentí que se sentó en esa silla, que supongo, estaría a mi lado y beso suavemente mi mano.
Luego, sin soltar nunca mi mano, comenzó a acariciar mi pelo. Disfrutaba tanto de aquel mimo.
Me hacía sentir viva, a pesar de todo.
Pedro- Hola preciosa. (Susurró a mi oído, logrando darle un vuelco a mi corazón) ¿Cómo estás? ¿Cómo te sentís? No sabes lo que me costó dormirme anoche sin vos, bueno, lo mismo que me viene costando desde que estás acá. Te extraño todo el tiempo Pau. ¿Cuánto falta para que te despiertes? (Si yo lo supiera mi amor) No me gusta verte así. Extraño todo de vos, todo.
Tu voz, tu mirada, tus besos, tus lágrimas, tu risa, tu sonrisa. A vos bonita, a vos. Te necesito. ¿Te acordas que yo te conté que me habías devuelto la sonrisa? Bueno, ahora sin vos la sonrisa volvió a borrarse de mi rostro, y de mi corazón. (Y en ningún momento había dejado de acariciar mi pelo.
Ojala pudiese abrir mis ojos y devolverte esa sonrisa hermosa que tenes Pepe, pero te juro que no puedo. Ya no sé cómo hacer)
Y en aquel momento otra persona ingreso a la habitación.
Doctor- ¿Su madre no está?
Pedro- No. ¿Paso algo?
Doctor- Necesitamos permiso para inducirla en un coma farmacológico.
Pedro- ¿Para qué?
Doctor- Porque no se despierta.
Pedro- Y tampoco se va a despertar si la duerme artificialmente. (Note un dejo de enojo en su voz)
Doctor- Usted no me va a decir a mí como hacer mi trabajo. La vamos a dormir. (Y en ese momento apreté su mano, haciendo un esfuerzo demasiado grande, pero de algún modo tenía que hacerme notar. Mi amor, por favor, date cuenta de lo que quiero decirte)
Pedro- No, pero ni su madre ni yo le vamos a dar el permiso para que lo haga. Y acaba de apretar muy fuerte mi mano, no me venga con que es un reflejo, yo sé que ella está consciente y que pronto va a despertarse, no necesito ser médico para saberlo. Ahora. ¿Me deja a solas con mi novia? Quiero aprovechar mi rato con ella. (¡Te amo tanto Pedro!) ¿Se va? (Y al fin pude escuchar como ese médico se iba) Tranquila Pau, nadie va a dormirte. Yo sé que vos me escuchas, yo sé que estás acá. (Y en ese momento volví a apretar su mano y pude sentir que esbozó una sonrisa) Yo lo sabía hermosa. (Beso mi mano) Tu vieja y yo estamos acá para cuidarte, hasta que te despiertes, y siempre. ¿Sabes? Ahora, te lo pido por favor, hace un esfuerzo por despertarte, no aguanto más sin vos. (Y esta vez pude sentir como sus labios se posaron sobre los míos, haciéndome sentir viva, nuevamente. Intente responder a aquel beso, pero fue en vano) Extraño que me respondas cuando te beso. (Dijo algo angustiado y me odie) Me tengo que ir, pero no me muevo del otro lado de la puerta. Lo prometo. (Volvió a besar mis labios y luego de susurrarme un “te amo” al oído se fue)
Comencé a recorrer, por primera vez, ese pequeñísimo cuarto oscuro en el que me encontraba. En busca de alguna ayuda, de algún indicio. En busca de algo. Pero no, no había nada.
Ya no recuerdo hace cuánto tiempo que no logró dejar de llorar, las lágrimas caen y caen, sin parar, sin piedad, de mis ojos, humedeciendo mis mejillas, y hasta la ropa toda ensangrentada que llevo puesta. Mi imagen es terrorífica. Da pánico.
Yo tengo pánico. ¡Pánico de nunca poder salir de este horrible lugar! ¡Pánico de nunca poder despertarme! ¿Y si nunca podía hacerlo? ¿Y si moría mi cuerpo allí, en esa camilla? ¿Y yo acá, en este lugar que ni siquiera puedo describir porque no puedo verlo?
Extraño la luz, ver el día. Extraño ver a los ojos a mi novio, a mi hermana, a mi mamá.
Necesito salir de acá, necesito ayuda.
-----------
20 Capítulos :O No entiendo como es que subi tanto ya, años estuve escribiendo sin que nadie lea nada porque moría de verguenza. Son lo más, todos. GRACIAS por las cosas lindas que me dicen de la novela, ya lo dije, amo hacerlo, amo escribir, y que les guste me hace bien ;)
Y tengan paciencia, me gusta intrigarlos. Je
Me encanta tu novela, por favor que se despierteee, seguila, besos!!
ResponderEliminar