Algunos días después,
mamá y yo estábamos solas en casa, Valen se había ido a lo de una amiga.
Eugenia- Pau... Toma. Acaba de llegar este sobre
para vos. (Dijo entrando a mi habitación, yo agarré aquel sobre y lo miré
extrañada. No era la letra de Pedro)
Paula- Gracias ma.
Eugenia- De nada hija, voy a comprar algunas cosas acá a la vuelta y vengo.
Paula- Anda tranqui mami. ¿Queres que te acompañe?
Eugenia- No. No te preocupes. Ya vengo. (Y salió del cuarto. A los pocos segundos de la casa y yo volví a mirar el sobre. Lo abrí y comencé a leer...)
Paula- Gracias ma.
Eugenia- De nada hija, voy a comprar algunas cosas acá a la vuelta y vengo.
Paula- Anda tranqui mami. ¿Queres que te acompañe?
Eugenia- No. No te preocupes. Ya vengo. (Y salió del cuarto. A los pocos segundos de la casa y yo volví a mirar el sobre. Lo abrí y comencé a leer...)
'Hija... Qué placer volver a escribirte (Sabes que
soy muy irónico) Me enteré que ya estás mejor y que no te pasas la vida
vomitando, lo cual me alegra porque así voy a poder arruinarte de nuevo.
Aprovecha porque lo bueno dura poco Paulita...'
Rompí con muchísima bronca el papel y lo tire al
suelo. Me levante de un impulso de la cama y me mire al espejo. Hacía muchísimo
tiempo que no lloraba con tanta angustia, con tanto dolor. Con tanto miedo.
Sabía perfectamente que él era capaz de cualquier cosa.
Por algunos segundos no me reconocí y corrí al baño. A vomitar. A dejarme vencer ¡Otra vez!
Venía sabiendo controlarme. Nunca lo había hecho desde que salí. Y otra vez lo hice. Por esa bosta, quién en vez de amarme disfruta de hacerme mierda.
Por algunos segundos no me reconocí y corrí al baño. A vomitar. A dejarme vencer ¡Otra vez!
Venía sabiendo controlarme. Nunca lo había hecho desde que salí. Y otra vez lo hice. Por esa bosta, quién en vez de amarme disfruta de hacerme mierda.
Paula-
(Grite llenísima de bronca) ¡Y ya me la arruinaste hijo de puta! (Y en ese
momento note que mamá acababa de llegar, y me vió. Ya que no había cerrado la
puerta)
Eugenia- Hija... (Se acercó a mí y me ayudó a levantarme) Hey. Mi amor. ¿Qué pasó?
Paula- La carta... Era de papá. Que no se banca verme bien. ¡Volví a hacerlo mamá! Lo odio. Me odio. (Dije entre lágrimas y con bronca)
Eugenia- Tranquila. (Me abrazo y yo termine de dejarme vencer. Llorando cada vez mas) Tranquila Pau. Tranquila.
Paula- ¿Por qué está tan empecinado en hacerme mal? ¡Soy su hija!
Eugenia- Te juro que no lo sé. Pero eso ahora no importa... Importas vos.
Paula- (Me separe un poco de ella) ¿Me dejas que me lavo la cara y la boca?
Eugenia- Te espero en tu cuarto.
Paula- Gracias ma.
Eugenia- Hija... (Se acercó a mí y me ayudó a levantarme) Hey. Mi amor. ¿Qué pasó?
Paula- La carta... Era de papá. Que no se banca verme bien. ¡Volví a hacerlo mamá! Lo odio. Me odio. (Dije entre lágrimas y con bronca)
Eugenia- Tranquila. (Me abrazo y yo termine de dejarme vencer. Llorando cada vez mas) Tranquila Pau. Tranquila.
Paula- ¿Por qué está tan empecinado en hacerme mal? ¡Soy su hija!
Eugenia- Te juro que no lo sé. Pero eso ahora no importa... Importas vos.
Paula- (Me separe un poco de ella) ¿Me dejas que me lavo la cara y la boca?
Eugenia- Te espero en tu cuarto.
Paula- Gracias ma.
Yo estaba acostada en mi cama. Con mi cabeza sobre
la falda de mamá y ella acariciaba mi pelo. Con el afán de tranquilizarme, ya
que mis lágrimas eran incontrolables.
Paula- (Suspire) Tengo miedo. ¿Si vuelve a
aparecer?
Eugenia- Está preso Pau.
Paula- ¿Y cómo sabe de mí?
Eugenia- No sé. Pero no puede salir, de eso estoy segura. Y no pienses cosas feas.
Paula- (Suspire) Es imposible no hacerlo con él cerca. (Y en ese momento sonó el teléfono. Mamá atendió)
Eugenia- Pepe... Hola. (Yo le hice gestos de que no le diga nada. Pero fue en vano) Está acá. ¿No te venís un rato? Te necesita. (Bufe y ella cortó)
Paula- ¡Mamá! (La rete sentándome)
Eugenia- ¿Qué? No seas tonta hija. Además... Siempre decís que se da cuenta cuando estuviste llorando.
Paula- Pero... (Y en ese momento sonó el timbre y yo me deje caer en la cama. Acostándome de espaldas a la puerta cuando sentí que él entró)
Pedro- Hola mi amor. (Dijo y me di vuelta para mirarlo) Hey. ¿Qué pasa?
Paula- ¿Me das un abrazo? (Dije con la voz totalmente quebrada y él se acostó a mi lado. Abrazándome contra su pecho)
Paula- Me... (Suspire porque el llanto no me dejaba hablar) Me llegó una carta de mi viejo, amenazándome y volvía a vomitar Pedro. Volví a hacerlo. (Y no podía mirarlo, me moría de vergüenza, escondí mi cara en su pecho, llorando cada vez y sentí que él me abrazo más fuerte) No se banca saber que estoy bien. Y nunca voy a poder estar bien con él cerca. Lo odio. Me odio. Me falle, te falle, les falle.
Pedro- Para, para un poco.
Paula- No, no puedo parar. Es la verdad.
Pedro- (Acaricio mi nuca y beso mi frente) Tranquilizate Pau.
Paula- Tengo pánico.
Pedro- No estás sola mi amor. No tengas miedo.
Paula- Pero…
Pedro- Pero nada. Tranquilizate. No te hace bien estar así. (Suspire y me acomode sobre él) Sh… (Sentí que comenzó a acariciar mi pelo y yo cerré mis ojos) Es una recaída nada más mi amor, no pasa nada. Te lo prometo. (Y comenzó a tararearme una canción, sin dejar de jugar con mi pelo)
Paula- (Lo abracé) Gracias. (Suspire y nos abrazamos aún más fuerte, y así, estuvimos por un largo rato, hasta que yo me tranquilicé, al menos un poco)
Pedro- ¿Un poco mejor?
Paula- Creo. (Me senté y él lo hizo también. Quedando frente a frente) ¿Por qué siempre tiene que arruinar mi felicidad? ¿Por qué? Me da bronca, odio, ira. Quiero estar bien y él no me deja.
Pedro- Tenes que aprender a que no te afecte todo lo que te dice, desde donde está solo puede herirte psicológicamente, y eso lo podes controlar. Si aprendes a hacerlo.
Paula- ¿Y cómo hago?
Pedro- Buscando un abrazo, alguien que te contenga.
Paula- Estaba sola, justo mamá se había ido. Igual no sé, me da mucho miedo que cada vez que sufra un desequilibrio emocional vuelva a lo mismo. (Hice una pausa) Y eso es lo que tengo que aprender a controlar, y todavía no puedo.
Pedro- Pero hace poco tiempo que te estás manejado sola, un tropezón no es caída Pau. (Tomo mi mano) Yo no te voy a dejar caer. Nunca.
Paula- (Sonreí y lo abracé) Gracias mi amor.
Pedro- Te amo bonita.
Paula- Te amo. (Nos separamos y nos dimos un beso)
Pedro- No llores más. (Seco mis lágrimas) ¿Queres un poco de agua?
Paula- Sí…
Pedro- Te voy a buscar. (Se levantó y yo deje caer mi espalda sobre el respaldo de la cama)
Esa noche, estaba asomada por la ventana de mi habitación, la cual daba al balcón. Respirando simplemente aire puro, intentando encontrar el valor de apagar todo y quedarme sola, con mi conciencia y yo. Sin miedo a volver a hacerlo.
Las lágrimas rodaban inalcanzablemente por mis mejillas y la angustia invadía cada recoveco de mi frágil alma.
Sonó mi celular…
Paula- Hola. (Dije secando mis lágrimas)
Pedro- Hola mi amor. ¿Cómo estás? ¿Llorando? (Reí) El que calla, otorga. ¿Estás en tu casa, no?
Paula- Sí…
Pedro- ¿Puedo ir a darte un abrazo?
Paula- Es lo único que quiero.
Pedro- Ya voy hermosa.
A los pocos minutos, sonó el timbre y abrí la puerta.
Paula- (Lo abracé, sin decir nada) Vales oro mi amor. Gracias.
Pedro- Te amo tanto.
Paula- Te amo. (Nos separamos un poco y nos besamos) ¿Te quedas a dormir conmigo? Por favor.
Pedro- No venía con otras intenciones. (Sonreí y entramos, directo a mí cuarto, para no despertar a nadie. Me senté en mi cama, y él en el puff. Yo tenía mis piernas sobre las suyas)
Paula- (Suspire) Hablame de algo que me distraiga, por favor.
Pedro- (Sonrió) A ver… Dejame pensar. (Reí) Por ejemplo… Estoy pensando en remodelar mi casa, un poco, por ejemplo pintar. Pero solo creo que voy a hacer un desastre. Y si mi casa ya es un poco tuya también. Lo podemos hacer juntos. ¿Queres?
Paula- ¿Vos te haces cargo del desastre que puede llegar a quedar? (Pregunte riendo)
Pedro- Quiero pintar la habitación, y el living… Y cambiar algunos muebles. Quiero que lo hagamos juntos, de verdad. Porque quiero que empiece a ser nuestra casa, nuestro lugar.
Paula- (Sonreí) Amo esa idea. Amo que tengamos nuestro nidito.
Pedro- (Poso sus manos en mis piernas) Quiero que sea el primer ladrillito del mural de nuestra vida. (Sonreí y me acerque a besarlo)
Paula- Te amo tanto.
Pedro- Te amo muchísimo. (Volvimos a besarnos y él terminó sentado a mi lado, sin dejar de besarme)
Paula- (Me acomode sobre su pecho) Gracias.
Pedro- A vos. (Beso mi cabeza reiteradas veces) Te amo.
Paula- Te amo. (Nos besamos y en medio de mimos nos quedamos dormidos)
Eugenia- Está preso Pau.
Paula- ¿Y cómo sabe de mí?
Eugenia- No sé. Pero no puede salir, de eso estoy segura. Y no pienses cosas feas.
Paula- (Suspire) Es imposible no hacerlo con él cerca. (Y en ese momento sonó el teléfono. Mamá atendió)
Eugenia- Pepe... Hola. (Yo le hice gestos de que no le diga nada. Pero fue en vano) Está acá. ¿No te venís un rato? Te necesita. (Bufe y ella cortó)
Paula- ¡Mamá! (La rete sentándome)
Eugenia- ¿Qué? No seas tonta hija. Además... Siempre decís que se da cuenta cuando estuviste llorando.
Paula- Pero... (Y en ese momento sonó el timbre y yo me deje caer en la cama. Acostándome de espaldas a la puerta cuando sentí que él entró)
Pedro- Hola mi amor. (Dijo y me di vuelta para mirarlo) Hey. ¿Qué pasa?
Paula- ¿Me das un abrazo? (Dije con la voz totalmente quebrada y él se acostó a mi lado. Abrazándome contra su pecho)
Paula- Me... (Suspire porque el llanto no me dejaba hablar) Me llegó una carta de mi viejo, amenazándome y volvía a vomitar Pedro. Volví a hacerlo. (Y no podía mirarlo, me moría de vergüenza, escondí mi cara en su pecho, llorando cada vez y sentí que él me abrazo más fuerte) No se banca saber que estoy bien. Y nunca voy a poder estar bien con él cerca. Lo odio. Me odio. Me falle, te falle, les falle.
Pedro- Para, para un poco.
Paula- No, no puedo parar. Es la verdad.
Pedro- (Acaricio mi nuca y beso mi frente) Tranquilizate Pau.
Paula- Tengo pánico.
Pedro- No estás sola mi amor. No tengas miedo.
Paula- Pero…
Pedro- Pero nada. Tranquilizate. No te hace bien estar así. (Suspire y me acomode sobre él) Sh… (Sentí que comenzó a acariciar mi pelo y yo cerré mis ojos) Es una recaída nada más mi amor, no pasa nada. Te lo prometo. (Y comenzó a tararearme una canción, sin dejar de jugar con mi pelo)
Paula- (Lo abracé) Gracias. (Suspire y nos abrazamos aún más fuerte, y así, estuvimos por un largo rato, hasta que yo me tranquilicé, al menos un poco)
Pedro- ¿Un poco mejor?
Paula- Creo. (Me senté y él lo hizo también. Quedando frente a frente) ¿Por qué siempre tiene que arruinar mi felicidad? ¿Por qué? Me da bronca, odio, ira. Quiero estar bien y él no me deja.
Pedro- Tenes que aprender a que no te afecte todo lo que te dice, desde donde está solo puede herirte psicológicamente, y eso lo podes controlar. Si aprendes a hacerlo.
Paula- ¿Y cómo hago?
Pedro- Buscando un abrazo, alguien que te contenga.
Paula- Estaba sola, justo mamá se había ido. Igual no sé, me da mucho miedo que cada vez que sufra un desequilibrio emocional vuelva a lo mismo. (Hice una pausa) Y eso es lo que tengo que aprender a controlar, y todavía no puedo.
Pedro- Pero hace poco tiempo que te estás manejado sola, un tropezón no es caída Pau. (Tomo mi mano) Yo no te voy a dejar caer. Nunca.
Paula- (Sonreí y lo abracé) Gracias mi amor.
Pedro- Te amo bonita.
Paula- Te amo. (Nos separamos y nos dimos un beso)
Pedro- No llores más. (Seco mis lágrimas) ¿Queres un poco de agua?
Paula- Sí…
Pedro- Te voy a buscar. (Se levantó y yo deje caer mi espalda sobre el respaldo de la cama)
Esa noche, estaba asomada por la ventana de mi habitación, la cual daba al balcón. Respirando simplemente aire puro, intentando encontrar el valor de apagar todo y quedarme sola, con mi conciencia y yo. Sin miedo a volver a hacerlo.
Las lágrimas rodaban inalcanzablemente por mis mejillas y la angustia invadía cada recoveco de mi frágil alma.
Sonó mi celular…
Paula- Hola. (Dije secando mis lágrimas)
Pedro- Hola mi amor. ¿Cómo estás? ¿Llorando? (Reí) El que calla, otorga. ¿Estás en tu casa, no?
Paula- Sí…
Pedro- ¿Puedo ir a darte un abrazo?
Paula- Es lo único que quiero.
Pedro- Ya voy hermosa.
A los pocos minutos, sonó el timbre y abrí la puerta.
Paula- (Lo abracé, sin decir nada) Vales oro mi amor. Gracias.
Pedro- Te amo tanto.
Paula- Te amo. (Nos separamos un poco y nos besamos) ¿Te quedas a dormir conmigo? Por favor.
Pedro- No venía con otras intenciones. (Sonreí y entramos, directo a mí cuarto, para no despertar a nadie. Me senté en mi cama, y él en el puff. Yo tenía mis piernas sobre las suyas)
Paula- (Suspire) Hablame de algo que me distraiga, por favor.
Pedro- (Sonrió) A ver… Dejame pensar. (Reí) Por ejemplo… Estoy pensando en remodelar mi casa, un poco, por ejemplo pintar. Pero solo creo que voy a hacer un desastre. Y si mi casa ya es un poco tuya también. Lo podemos hacer juntos. ¿Queres?
Paula- ¿Vos te haces cargo del desastre que puede llegar a quedar? (Pregunte riendo)
Pedro- Quiero pintar la habitación, y el living… Y cambiar algunos muebles. Quiero que lo hagamos juntos, de verdad. Porque quiero que empiece a ser nuestra casa, nuestro lugar.
Paula- (Sonreí) Amo esa idea. Amo que tengamos nuestro nidito.
Pedro- (Poso sus manos en mis piernas) Quiero que sea el primer ladrillito del mural de nuestra vida. (Sonreí y me acerque a besarlo)
Paula- Te amo tanto.
Pedro- Te amo muchísimo. (Volvimos a besarnos y él terminó sentado a mi lado, sin dejar de besarme)
Paula- (Me acomode sobre su pecho) Gracias.
Pedro- A vos. (Beso mi cabeza reiteradas veces) Te amo.
Paula- Te amo. (Nos besamos y en medio de mimos nos quedamos dormidos)
buenísimo el capítulo,ojala pau supere esto!!!
ResponderEliminarX Dios, que la deje en paz el padre!!!! Gracias x subir temprano.
ResponderEliminarestoy tan mentalizada que lo bueno dura poco que ya estoy sufiendo de antemano...
ResponderEliminarlo unico que te pido Cami... es que tengas piedad de nosotras! jjaja
puedo desearle la muerte al padre?
otorgame ese derecho!!!
Besosss