domingo, 31 de marzo de 2013

Capítulo 5


No sé cuánto tiempo pasó, pero nuestras miradas no se desconectaban, como nuestras sonrisas no se borraban, ni las lágrimas cesaban.
Lo que sentía era realmente increíble, indescriptible. Necesitaba abrazarla, sentirla. Más que nunca. Y me decidí a hacerlo, espere demasiado tiempo tenerla en frente mío, no iba a desaprovechar la oportunidad, pero cuando emprendí camino hacía donde estaba, ella salió corriendo. Quién sabe a dónde.
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Lo vi, era él. Él. Pedro Alfonso. Y no estaba preparada para encarar una charla con él, definitivamente no lo estaba.
En la burbuja de felicidad en la que me había encerrado desde el segundo en el que conectamos las miradas hasta que caí en la realidad fue de las más hermosas de mi vida. Ya no recordaba lo hermoso que era sentirse así, pero no, no podía volver a verlo, a hablar. No podía. No sabía que decirle. Cómo reaccionar.
Salí corriendo, como una nena, para adentro. Subí tres pisos, cuatro y me encerré en un salón que estaba vacío, dejándome caer en el suelo, llorando.

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No Paula, no. Necesito hablar con vos, existen demasiadas cosas inconclusas en nuestra historia como para dejar pasar esta oportunidad.
Me mande, al estudio, nadie me dijo nada, asique comencé a buscarla y a preguntar por ella. Nadie la había visto. Genial Pedro. Genial. Eso te pasa por lento Pedro. ¡Cómo siempre!

Entre en un salón, vacío y me deje caer en el suelo. Llorando.

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Lo que no sabían, ninguno de los dos, era que por más que se sintieran a kilómetros solo los separaba una pared, cuando hasta ayer, los separaba un enorme océano.
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Encontré una ventana en aquel salón, que sinceramente me intrigo a donde daba. La abrí y la vi, a ella. Llorando, sentada contra la pared, abrazando sus piernas y escondiendo su cara entre sus rodillas.

Pedro- Pau… (Musite y ella no respondió) Pau... Paula. (Suspire, ya que seguía sin tener respuesta. Solo negó con su cabeza) ¿No qué?
Paula- ¿Qué haces acá? (Preguntó sin mirarme)
Pedro- Vine al seminario.
Paula- ¿Sabías que era yo la profesora?
Pedro- Te juro que no, pero no te puedo negar que vine con la ilusión de encontrarte.
Paula- ¿Y para qué me querías encontrar?
Pedro- Eso no te lo puedo decir sin que me mires a los ojos.
Paula- No puedo hacerlo.
Pedro- ¿Por qué?
Paula- Porque no puedo. Porque… (Suspiro, haciendo una pausa)
Pedro- ¿No me queres ver?
Paula- No, no es eso.
Pedro- ¿Y entonces? ¿No podemos afrontar esta situación como los adultos que somos? Creo que debes haber cambiado y madurado como yo. ¿No?
Paula- Supongo.
Pedro- Por favor. Si no hubiese sido por la ilusión de volverte a ver, te juro que no hubiese venido. (Ella se levantó y quise creer que para venir hacía donde yo estaba, y así lo hizo. Entro cabizbaja y nos abrazamos, sin que nos importe nada)

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No sé qué estaba haciendo, pero estaba de nuevo en sus brazos. En mi lugar. Y así, estuvimos, largos minutos abrazados, llorando.
Por un lado sentía que estar tan abrazada a él después de todo lo que pasó era un abuso, pero por otro si me separaba no sabía que decir.

Paula- (Me separe de él y camine en dirección al centro del salón) No puedo creer que estés acá.
Pedro- Y yo no puedo creer estar acá, y menos con vos.
Paula- ¿A qué viniste? (Pregunte, sentándome en el suelo, contra la pared)
Pedro- A buscarte. (Se sentó frente a mí)
Paula- Ai, no, para. No estoy preparada para hablar. Ni siquiera entiendo que hago acá, con vos.
Pedro- ¿No te parece que nuestra historia quedo inconclusa?
Paula- No, no sé. Vos pudiste rehacer tu vida, eso es porque pudiste concluir nuestra historia.
Pedro- ¿Y de dónde sacaste eso?
Paula- Mmm… Facebook. Tu hijo es hermoso.
Pedro- Es hermoso. Muy. (Sonrió) Pero no te creas que por eso re hice mi vida eh. Es una historia muy larga, pero nunca fui pareja de su mamá. (Lo mire desconcertada) ¿Qué te parece si vamos a mi casa a almorzar? Como dos personas adultas, a hablar.
Paula- Mmm… No sé Pedro. Yo hay muchas cosas que todavía no pude cerrar, y no sé cómo puedo llegar a reaccionar.
Pedro- Yo tampoco pude cerrar, absolutamente nada. Nos debemos una charla. ¿No te parece?
Paula- (Suspire) Mira que sigo siendo la misma sensible y llorona eh.
Pedro- No me había dado cuenta eh. (Reímos y él se levantó, dándome la mano para que me levante, y así lo hice) A pesar de todo, te juro que estoy feliz de haberte encontrado. (Yo solo sonreí y salí del estudio. Él me siguió)
Paula- ¿A dónde estás?
Pedro- Emm… (Leyó la dirección de su celular) ¿Sabes dónde es?
Paula- Sí… Dejame que primero hablo con Valen.
Pedro- Valen… Debe estar enorme.
Paula- Es una mujer. No quiero que crezca más. (Reímos y le escribí un mensaje, porque pediría detalles que delante de él, claramente, no podía dar)
Fuimos a su casa, corriendo, abajo del agua, porque la lluvia no había cesado. Llegamos, muertos de risa (y de frío) al departamento donde estaba él.

Pedro- (Busco toallas y me dio una) Toma...
Paula- Gracias. (Dije envolviéndome en aquella toalla y después de luchar bastante logramos prender la estufa)
Pedro- La verdad que no tengo nada muy elaborado para comer.
Paula- Lo que compraste anoche en el supermercado.
Pedro- ¿Vos cómo…?
Paula- Te vi. Te vi anoche, pero no me anime a enfrentar la situación y me fui al carajo, presentía que ibas a venir a este seminario, pero cuando no te vi ahí creí que me estaba volviendo loca.
Pedro- Yo fui, pero cuando vi que lo dabas vos no me anime a entrar. Te vi entrar, era el que estaba mirando la cartelera cuando llegaste. No sé si me viste…
Paula- (Suspire, recordando) Sí… Creo que estábamos destinados a encontrarnos. ¿No?
Pedro- Así parece…
Paula- Y, por mí, no hace falta que prepares comida. Tengo el estómago súper cerrado. Mucha emoción de golpe. (Reímos) ¿Puedo pasar al baño y cambiarme?
Pedro- Sí, obvio. Pasa.
Paula- Gracias.

Fui con mi bolso hasta el baño y estaba a punto de encerrarme y no salir más, pero no podía ser tan pendeja.
Sentía una felicidad que iba a provocar que se me salga el corazón del pecho, y a la vez miedo, muchísimo, el cual me paralizaba.

Pedro- Pau… (Dijo tocando la puerta)
Paula- ¿Qué? (Pregunté)
Pedro- ¿Un café?
Paula- Em… Bueno, dale.


Me cambie, poniéndome nuevamente la ropa de danza y después de lavarme la cara y secarme un poco el pelo con la toalla, salí.

‘Me despierto pensando si hoy te voy a ver, pero es inútil negarlo: tú me estás atrapando otra vez.
Eres un ángel maldito, eres la dama más cruel. Un arma de doble filo: contigo sólo puedo perder, tú me estás atrapando otra vez.
Y aunque alguien me advirtió, nunca dije que no, y ahora tengo que esconder las heridas.
Y ese pulso que jugué, porque quise lo perdí, nunca me podré alejar de ti.
Te extraño cuando llega la noche, pero te odio de día, después me subo a tu coche
Y dejo pasar la vida.
Debería dejarte, irme lejos, no volver.
Pero es inútil negarlo,  tú me estas atrapando otra vez.’

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Bueno, creo que era lo que todos estaban esperando ¿No? Disfrutenlo y comenten... Felices Pascuas para todos ;)

sábado, 30 de marzo de 2013

Capítulo 4


Volví del supermercado con una sensación algo (o bastante) extraña. ¿Y si mañana me la cruzo? ¿Y si la veo? ¿Y si no?
No sé qué pensar, no puedo pensar. Horas pase en la cama, dando vueltas, sin poder quitarla de mi mente, sin poder dejar de pensar en ella y en un posible reencuentro.

Me levante, en medio de la noche, y busque entre el botiquín que había traído (Costumbre que me inculcó Paula en cada viajecito a la costa) un ansiolítico. Sí, otra consecuencia de nuestra separación. Suelo tomarlos para dormir.

Me desperté, con el sonido de mi alarma y me fui a bañar, intentando alejar cualquier embrollo de mi mente, necesitaba tranquilizarme.
Desayune, tostadas con un café, porque entre los nervios y el seminario, si no comía, creo que caía redondo al suelo.

Rumbo al seminario, al estudio. Me perdí antes de llegar, no sé si por no conocer el lugar o por la catarata de sentimientos que me invadía en aquel momento.

Llegue y me dirigí a donde me dijeron en la recepción, entre y al ver un cartel sobre el seminario y leer que la profesora era ‘Paula Chaves’ sinceramente me descolocó. No había pensado boludeces, estaba más cerca de ella que lo que creía.

Mis ojos se llenaron de lágrimas en menos de un segundo. Mi historia con ella se me pasó por la mente, por flashes, y lo único que quería era salir corriendo del lugar. A mi casa.

Y fue en ese momento en el que note venir a una morocha, alta y hermosa. Era Paula. Definitivamente.

Inhale aire, demasiado, para intentar afrontar la situación, pero no podía darme vuelta, no sabía que decir, ni cómo reaccionar, asique, intentando disimular mis lágrimas me hice el interesado en la cartelera que estaba observando. (Claro está, concentrado en que las piernas no se me terminen de aflojar) Pero ella pasó, sin percatarse de mi presencia. No podía entrar a tomar la clase, porque lo que menos podría hacer sería tomar la clase, asique decidí (Si es que en ese estado podía decidir algo) Esperarla afuera, porque no me iba a ir sin verla o hablar con ella.

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Salí de casa, en un estado que sinceramente era indescriptible. Mi estado de ánimo era de lo más raro, no podía definirlo, pero que los nervios eran lo que abundaban, era innegable.

Cien personas vendrían a tomar la clase de hoy, y la de mañana, revise la lista de alumnos cuando llegue, y allí estaba: Pedro Alfonso.

Postergar el momento ya era sumamente inútil, asique ingresé al salón donde estaban todos, para mi sorpresa, tranquila.
Hice un paneo de todas las personas presentes y Pedro no estaba. Suspire, relajándome y decidí concentrarme en la clase, porque si mi cabeza seguía en él no iba a poder ni siquiera pararme en las puntas.

Finalmente fue una clase tranquila, normal. Común. En la cual, llegue a convencerme que lo de anoche había sido una simple ilusión. Una ilusión que ya era enorme, desde el día en que me habían propuesto participar del seminario que creía que me lo iba a cruzar a Pedro, pero quizás siempre hayan sido pajaritos de colores míos. Y realmente lo eran. Acababa de comprobarlo.

Cuando termine, me bañe en el piso de abajo del estudio, y después de cambiarme y secarme el pelo, emprendí el camino de vuelta a casa. En realidad, tenía que ir a buscar a Valen a la escuela y llevarla a canto. Sí, canta impresionantemente.

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Fueron las horas más eternas de los últimos tiempos. Los nervios, la ansiedad y los sentimientos y emociones encontradas me recorrían el cuerpo de punta a punta.

Los segundos parecían minutos, los minutos horas, las horas eternidades.
Para matar el maldito tiempo, me dirigí al bar en frente en donde me tome otro café con algunas medialunas, revise mi celular y la llame a Lu, a ver como andaba todo por allá. Sin mencionar a Paula. (Por suerte)

Aún faltaban dos horas para que termine, si seguía sentado en la vereda esperando iba a enloquecer, era muy simple aquella ecuación.

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Paula- Hola. (Dije atendiendo a mi hermana por el celular)
Valen- Hola Pau. ¿Te tengo que hablar rápido? ¿Estás con Pedro? ¿Qué pasó?
Paula- No, no lo vi… O no vino o lo de anoche fue una ilusión óptica.
Valen-  Pau, tu estado ayer no era por una simple ilusión óptica.  Capaz que el flaco te vio…
Paula- Sí, capaz que me vio y no quiere verme. Puede ser. (Dije algo desilusionada)
Valen- No, no quise decir eso Pau.
Paula- Sí Valen, y es entendible. (Suspire) ¿Me llamaste para…?
Valen- Para decirte que nos vamos con Cata directo para canto, nos lleva su mamá.
Paula- ¿Segura?
Valen- Sí Pau, siempre nos llevas vos…
Paula- Podrían ir solas también. ¿No?
Valen- Hay que atravesar media ciudad, préstame el auto y vamos.
Paula- Sí, sí. Contate otro. (Reímos) Entonces me voy para casa Valen.
Valen- Después te digo que onda la vuelta.
Paula- Está bien, dale… ¿Cuándo será el día que deje de mal criarte? ¡Dios mío!
Valen- Espero que nunca. (Reímos)
Paula- Un beso Valen.
Valen- Otro Pau, y no te bajonees, por fas.
Paula- Lo intento…

En el momento de salir, una lluvia torrencial se largó. Sí, cuando abrí la puerta. Demasiado película. Suspire y volví a entrar, no quería empaparme, y menos enfermarme.

No había nadie de mis compañeras, asique me quede un rato mirando por la ventana y fue en aquel momento en el que lo vi, ésta vez refregué mis ojos, reiteradas veces, no podía estar confundiéndome de nuevo. Era él, estaba demasiado segura. Y me colgué mirándolo, estaba debajo de un techo, refugiándose de la lluvia, tan lindo como siempre. Lloraba con una sonrisa. Moría por correr a abrazarlo, a besarlo. A decirle que nunca lo olvide. Que lo amo como siempre, como el primer día. Y no era justamente la lluvia lo que me impedía hacerlo…

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La que me faltaba era esta lluvia torrencial, el mundo estaba empecinado en ir en mi contra, la lluvia y la tardanza de Paula lo único que provocaban era que yo esté a punto de estallar a raíz de una catarata de emociones internsa. (De las más fuertes que recoraba)
Pero nada me iba a parar, necesitaba verla, hablar con ella. No sé con qué objetivo, pero necesitaba volver a mirarla a los ojos.

Y fue en aquel momento en el que levante la vista y pude observar a una hermosa mujer mirándome, por la ventana. Era Paula. Sonreímos, ambos. Llorando.

El amor es vida, y ambos habían vivido por la mitad, habían dejado de vivir desde el día en que ese amor se terminó, es que se puede decir que terminó, quizás su fin fue artificial, porque en lo más profundo los dos estaban completamente seguro de que aquel amor era más fuerte que todo, de que ese amo era invencible.

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No sé de donde salió ésta bondad, pero acá tienen otro capítulo. SOLO POR HOY DOS CAPÍTULOS, aviso por las dudas, jajaja

Capítulo 3

Yendo al aeropuerto, ya me había despedido del enano en la casa de mi hermana, y mis pensamientos estaban más que nunca centrados en Paula. Algo me decía que la iba a ver, el problema era cómo…
¿Cómo la vería, y cómo reaccionaría yo?  Duda 1.

¿Ella me reconocería? Duda 2.
¿Cómo reaccionaría? Duda 3.
¿Y si no la veo y me estoy ilusionando? Duda 4.
(Y así podría enumerar las tres millones de dudas que me acompañaron a lo largo de todo el viaje)


Por suerte, en medio de la noche me dormí. Sinceramente mi cabeza no era capaz de soportar otra duda más, estallaría.

‘Nunca más oíste tú hablar de mí, en cambio yo seguí pensando en ti, de toda esa nostalgia que quedó, tanto tiempo ya pasó y nunca te olvidé. 
Cuantas veces yo pensé volver, y decir que de mi amor nada cambió, pero mi silencio fue mayor y en la distancia muero día a día


Me desperté, algo confundido y desconcertado, a punto de aterrizar.
Baje del avión, y luego de pasar un incontable tiempo haciendo trámites (odiosos trámites) retire mis valijas y al salir del aeropuerto pedí un taxi. Ni la menor idea de cómo llegar al departamento donde me alojaría.
El taxista (Muy amable, me acababa de borrar la imagen de europeo mala onda que tenía) Me llevó al edificio. Como dentro de todo serían pocos días, saque de la valija solo lo de uso cotidiano, no ordenaría las cosas en el placard, ni ahí.

Salí al balcón en compañía de un pucho (Sí, desde que Paula me había dejado se había vuelto a convertir en un tedioso vicio) y apoyado en la baranda de aquel, observe la ciudad desde el tercer piso. Unas incontables veces me pareció ver a Paula, creo que ya me estoy volviendo loco. ¡La veía en todos lados!

Se acercaba la hora de la cena y no tenía absolutamente nada para comer, asique, emprendí camino a algún supermercado, almacén, o lo que encuentre cerca de acá.

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Ya era viernes. Mañana sería el primer día del seminario, y la idiota ilusión de encontrarlo a Pedro allí seguía tan latente como el primer día.

Mamá me pidió que vaya a comprar unas cosas para la cena, algo desganada lo hice.

Paula- Valen. ¿Me acompañas al super?
Valen- Paula, no jodas.
Paula- Cuando me pidas algo me voy a acordar de esto eh. (Reímos y me acerque a ella) ¿Qué es más importante que estar con tu hermanita? (Ella río) ¡Quiero que vuelvas a ser chiquita Valentina!
Valen- ¿Para qué queres que te acompañe?
Paula- Mmm… Para pasar un rato juntas.
Valen- Es mejor que compres helado y miremos una película a la noche.
Paula- Okei, okei. Me convenciste.

Estaba en la cola de aquel supermercado cuando vi pasar a alguien que sinceramente me desconcertó, quien se ubicó dos colas más a la derecha. Disimuladamente (O eso creo) volví a mirarlo, definitivamente era él.
Mis piernas se aflojaron y creí que el corazón se me salía del pecho. ¿Pedro?
Respire hondo, intentando controlar las lágrimas que acababan de invadir mis ojos e intentando mantenerme en pie.

Mi presentimiento no había fallado. Pedro estaba acá, o me estaba volviendo loca. Pero creo que la primera opción era más factible. (Lo que no quita que la segunda también lo sea)
Una parte de mí moría por ir corriendo a abrazarlo, pero la otra porque me trague la tierra, y con carácter de urgencia.

Por suerte, me tocó a mí y después de pagar, salí casi corriendo y eso hice hasta que llegue a casa, tire (literalmente) las bolsas en la mesada y corrí a mi cuarto. Dejandome caer en la cama, llorando. Con miedo, pánico, temor. Felicidad. Ilusión. Angustia. Todo junto.

Eugenia- Pau. ¿Puedo pasar? (Preguntó golpeando la puerta)
Paula- No, dejame sola mamá.
Eugenia- (Abrió la puerta, asomándose) No te voy a dejar sola.
Paula- ¡Mamá! ¡Andate!
Eugenia- Pau, por favor. (Entro a mi cuarto y se sentó a mi lado) Mira cómo estás. Contame que pasa, dale.
Paula- Nada.
Eugenia- Claro, y lloras por nada. Muy lógico lo tuyo hija. (Suspire) Cuando lloras así es por Pedro.
Paula- Lo acabo de ver.
Eugenia- ¿Qué?
Paula- Sí, en el supermercado. Va a ir al seminario de mañana, estoy segura. ¿Qué hago? ¡Explicame que hago!
Eugenia- Primero tranquilízate. Y segundo, anda y enfrenta lo que vaya a pasar Pau. No podes seguir sufriendo por una historia tan vieja.
Paula- No es una historia vieja. Si no, no estaría así.

Cené, con el estómago cerrado y volví a mi cuarto. Valen, como siempre, notó que algo me pasaba y después de ayudar a mamá en la cocina entró a mi cuarto, sin pedir permiso. Yo estaba mirando por la ventana.

Valen- Te aviso que por más que me eches me pienso quedar acá.
Paula- (Reí, mordiendo mi labio) ¿Me das un abrazo? (Suplique y ella me abrazo por la espalda)
Valen- Ai, hermanita, hermanita. Esas lágrimas tienen nombre y apellido. ¿No?
Paula- Pedro Alfonso. (Dije con un hilo de voz y ella me abrazo más fuerte) Lo vi Valen, lo vi. En el supermercado.
Valen- Me jodes.
Paula- No, es la posta.
Valen- ¿Qué hace acá?
Paula- (Suspire) Supongo que debe ir al seminario de mañana. ¿Entendes? Explicame que hago cuando nos veamos. ¿Qué hago?
Valen- Lo encaras y hablan. Ya es hora de que lo hagan. ¿No te parece?
Paula- ¿De qué? ¿De qué lo sigo amando y él formó su propia familia? ¿De eso vamos a hablar? No me da la cara.
Valen- A vos no te da la cara por todo lo que lloraste estos años. Hablen, va a ser bueno para los dos. De verdad.
Paula- Puede ser… (Suspire) ¿Vas a buscar el helado? Necesito ahogar mis penas en algo.
Valen- Dentro de un rato, ahora veni. (Me dio la mano y yo me acosté en mi cama, ella se sentó a mi lado y acarició mi pelo) Me acuerdo que siempre que estaba mal vos me llevabas a tu cama y me mimabas.
Paula- (Sonreí) ¿Te acordas de esas cosas?
Valen- Obvio Pau.
Paula- ¿Y te acordas que te abrazaba cucharita? (Ella rio y se acostó a mi lado, abrazándome)
Valen- Pau. Yo ya sé que soy una pendeja bastante inmadura, pero si algo sé en esta vida es que vos me cuidaste siempre, siempre estuviste para mí, te preocupaste por mí, y sos una mina de oro, que no se merece nada de todo lo que le pasó. De verdad. Y lo que más deseo en esta vida es que vos y la vieja sean felices, pero ahora estamos hablando de vos. Quiero que vos seas feliz hermana, te lo mereces, más que nadie en este mundo. Por todo lo que pasaste, porque lo pasaste, porque hoy seguís de pie. Y si tu felicidad es Pedro, vas a ir y vas a luchar por él, y si es otra persona, cerrá tu historia con él, pero hacelo, porque es una historia que pide a gritos o un cierre o un nuevo comienzo.
Paula- ¿Te dije muchas veces que te amo Valentina?
Valen- Demasiadas. (Reímos)

Paula- ¿Soy muy cargosa? (Volvimos a reír)
Valen- Un poco, pero te amo así. (Sonreí y nos abrazamos más fuerte) Siempre juntas, y felices. Quiero que sea una promesa.
Paula- Promesa. (Sonreí y seque mis lágrimas) Gracias mi amor.
Valen- No seas tonta, no agradezcas.


D
ormirme esa noche fue más que una misión imposible. No dejaba de pensar en cómo sería el reencuentro. En cómo reaccionaría yo, en cómo reaccionaría él. En que diríamos. Sí él me reconocería. En qué carajo haríamos al vernos.

Llore, reí, sonreí y tuve miedo al imaginar cada situación posible.


(Y así me pase el resto de la noche, hasta el momento en el cual sonó la alarma para levantarme. No había dormido ni medio segundo. Genial. Mis ojeras, mi temor y yo al conservatorio. A Pedro)


‘Las despedidas son promesas de nuevos reencuentros. Los finales posibilidades de nuevos comienzos’


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Hola, no sé si van a tener ganas de matarme o qué, pero comentennn ;)

viernes, 29 de marzo de 2013

Capítulo 2

Pedro- ¡Arriba enano! (Dije entrando al cuarto de Tomi, abriendo la ventana) Hora de ir al jardín.
Tomás- No, no quiero pa.
Pedro- ¿Cómo que no queres? (Dije subiéndome a su cama, tirándome sobre él)
Tomás- No, no quiero. (Dijo algo angustiado y deje de lado mi tono ‘jodón’)
Pedro- ¿Qué pasa Tomi?
Tomás- ¡Qué no quiero ir papá!
Pedro- Pero… ¿Por qué?
Tomás- No importa.
Pedro- Sí que importa hijo. Dale, contame.
Tomás- Porque se burlan porque no tengo mamá.
Pedro- (Suspire y me acomode a su lado, abrazándolo. Sinceramente no sabía que decirle en estos casos, me dolía que pase todo esto, que no tenga a su mamá. Que ni siquiera la conozca) Pero Tomi… (Hice una pausa, intentando formular alguna frase para hacerlo sentir un poco mejor) No todos los nenes siempre tienen a su mamá y a su papá, y a vos te tocó tener solo un papá. No tienen por qué burlarte por eso, ni vos te tenes que sentir mal por sus burlas.
Tomás- Pero yo quiero tener a mi mamá. (Dijo con lágrimas en sus ojos y yo lo abracé contra mi pecho)
Pedro- Pero no se puede mi amor. (Suspire) Perdón, perdón por no poder darte una mamá. Una familia. (Acaricie su cabeza y lo abrace más fuerte) Te juro que intento hacer todo lo posible para que no sientas ese vacío.
Tomás- Vos sos lo más papi. No es tu culpa.
Pedro- (Sonreí) Te amo hijo.
Tomás- Y yo a vos pa.
Pedro- (Bese su cabeza) ¿Qué te parece si nos levantamos y nos vamos a comer al Mc y después a la plaza? ¿Queres?
Tomás- ¡Sí!
Pedro- Por hoy eh.

Mi vida había cambiado completamente, de un día para el otro fui padre. Aprendí, como pude y a los golpes a serlo, pero creo que aprendí. Lo difícil es intentar hacer de mamá y de papá.
¿Su mamá? No volvió a aparecer, nunca. Y eso es algo que me duele demasiado, no por mí, si no por Tomi y por ella. Tomás no conoce a su mamá, ni siquiera vio una foto, vivió los cinco años de su vida sin conocer ni siquiera su cara. Y ella, se está perdiendo de lo mejor que puede pasarle en la vida, un hijo.
Igualmente, a esta altura del partido, no sé si quiero que vuelva. No tendría demasiado sentido hacerlo ahora. O quizás sí. No sé. No estoy preparado para que eso ocurra.

Me había llegado una propuesta de ir algunos días a Europa a tomar un seminario de danza clásica. Más precisamente a España. ¿Era necesario que sea allí? ¿Justo allí?
Donde creo o supongo que Paula está. Sí, porque a pesar de que hayan pasado los años, y algunas mujeres por mi vida, nunca pude olvidarla. Pero tampoco perdonarla.
Me siento vacío, la necesito todo el tiempo. Siento que sería la mamá perfecta para Tomi, porque recuerdo lo tierna que era con su hermanita (Que ya no debe ser más hermanita)
y, como siempre lo fue, la compañera perfecta para mi vida. Mi complemento perfecto.
Todos los días me preguntó ¿Por qué? ¿Por qué pasó todo lo que pasó? La siento conmigo, todo el tiempo. Todas las mañanas me despierto con la ilusión de encontrarla al lado. Pero claro está, que eso es solo una ilusión. La siento presente, todo el tiempo. La siento a mi lado.

‘Me desperté llorando, soñé que no volvías, que no llegaba a tiempo quizás, quizá a tu despedida. 
Las lágrimas saladas, mojaban mis mejillas, mi carita empapada, los sueños, los sueños que morían. 
Te siento en ese beso que no fue, te siento en las ausencias, te siento en los escombros 
de este amor que me lleno de pena
.
Te siento en el olvido. Te siento en el recuerdo. Te siento en cada parte, te siento en todo el cuerpo


Finalmente decidí tomar aquel seminario… Muy en el fondo lo hacía por ella, por la esperanza de encontrarla. Iba con la ilusión de verla de nuevo, es inútil negarlo.
Debía encontrar alguien que me cuide a Tomi aquellos días, y pensé en Lu, ya que Delfi y Fran van a la misma escuela, y quizás no se le haría tan complicado.

Luciana- Hola Pepe. (Escuche que respondió del otro lado del teléfono)
Pedro- Hola Lu. ¿Cómo andas?
Luciana- Todo bien… ¿Vos? Es raro que llames. ¿Pasa algo?
Pedro- No me hagas sentir mal de ante mano…
Luciana- Habla, dale. Seguro me vas a pedir algo.
Pedro- Sos mala eh.
Luciana- Sabes que te jodo hermanito. Decime, dale.
Pedro- (Reí) ¿Te jode cuidármelo a Tomi un par de días? Porque me dieron una beca para ir a un seminario, lejos…
Luciana- ¿Lejos, dónde?
Pedro- (Hice una pausa) España.
Luciana- Pepe. ¿Es necesario que vayas?
Pedro- Sí Lu. Es algo muy groso.
Luciana- No me mientas, vas a buscarla.
Pedro- (Suspire) Dejame que me dé la cabeza contra la pared, necesito hacerlo.
Luciana- No puede ser que después de todo lo que pasó, del tiempo que pasó, sigas pensando en ella.
Pedro- No puede ser pero es. Por favor.
Luciana- En esta no te apoyo, para mí no deberías ir. Pero bueno, a Tomi te lo cuido.
Pedro- Gracias. Te prometo que no te jodo con mis bajones cuando vuelva. (Reímos)
Luciana- No me jode que lo hagas, lo sabes. Me jode que no puedas ser feliz, te mereces serlo Pedro.
Pedro- (Suspire) Necesito encontrarla y cambiar de página…
Luciana- Sí vos decís…
Pedro- Eso creo, o quiero creer, no sé.
Luciana- Ojala puedas Pepe.
Pedro- (Hice una pausa) Me voy el jueves, y vuelvo el martes.
Luciana- No te hagas drama por el enano. Yo te lo cuido, y además Delfi y Fran van a estar encantados.
Pedro- Gracias Lu, en serio.
Luciana- No tenes que agradecer nada, lo sabes.

-

¿Reencontrarse realmente era posible? ¿Reencontrase y reconocerse después de tanto tiempo? ¿Cómo reaccionarían? ¿Qué ocurriría? Ambos saben que no resistirían el no abrazarse, el no darse un beso, el no volver a sentirse


Pero, habían pasado muchas cosas, mucho tiempo y ambos habían sufrido demasiado.  Sobre todo Pedro. Realmente no podía perdonarla, realmente no lograba sanar todo el dolor que ella le había provocado. A pesar de que siga sintiendo (y sabiendo) que ella era el amor de su vida, todo lo que había sufrido y llorado todos estos años era algo que le pesaba, más que el amor que le tenía.

Ella, lo seguía amando como el primer día, como siempre. (O quizás más) Pero era consciente de que todo lo había provocado ella, de que él nunca le perdonaría tanto daño. Y sabía que tenía un hijo, por lo tanto una familia. Era claro que se había olvidado de ella. Y a pesar de que eso era lo que le había pedido cuando se fue, le dolía demasiado.

Siempre tuvo la esperanza de que Pedro la buscaría, pero eso nunca ocurrió.

¿Reencontrarse para aclarar las cosas? ¿Para cambiar la página? ¿Reencontrarse para volver a amarse? ¿Para volver a ser uno? ¿Reencontrarse?

El tiempo había pasado, el tiempo los cambió. Ya no eran los mismos de antes.

Paula ya no era la misma nena que antes. Había logrado superar esa maldita enfermedad, y había logrado ver la vida desde otro punto de vista. Ya no vivía encerrada en toda esa angustia que le generaba vivir así. (Ahora vivía encerrada en otra angustia)

Pedro tampoco era el mismo de antes. Ahora era padre, claramente había madurado, aunque siempre se consideró alguien maduro y algo centrado. Algo contradictorio, porque su hijo había nacido a partir de una pendejada enorme, pero hoy, gracias a él, estaba de pie.



‘Traigo en los bolsillos tanta soledad desde que te fuiste no me queda más que una foto gris y un triste sentimiento.
Lo que más lastima es tanta confusión en cada resquicio de mi corazón como hacerte a un lado de mis pensamientos.
Por ti, por ti, por ti he dejado todo sin mirar atrás aposte la vida y me deje ganar.
Te extraño porque vive en mi tu recuerdo, te olvido a cada minuto lo intento, te amo 
es que ya no tengo remedio, te extraño, te olvido y te amo de nuevo.
He perdido todo, hasta la identidad y si lo pidieras más podría dar es que cuando se ama, 
nada es demasiado. Me enseñaste el limite da la pasión y no me enseñaste a decir adiós he aprendido ahora que te has marchado…’


jueves, 28 de marzo de 2013

Segunda Temporada - Capítulo 1


Siempre creí que a los 28 años iba a tener mi vida encaminada, o al menos un poco, pero la realidad es que era absolutamente todo lo contario.
A pesar de que habían pasado cinco años y medio desde que estaba acá nunca lo había logrado sentir mi lugar, nunca me había logrado acomodar acá.
Pase por distintas obras, distintos espectáculos, Valen había cumplido sus quince años, y con mamá pudimos darle una fiesta como ella quería, algo sencilla, pero fiesta al fin.
Mi vida amorosa (Si es que eso aún existe) nunca volvió a ser lo que algún día fue, nunca pude amar a un hombre, entregarme a un hombre como lo había hecho con Pedro. ¿O cómo lo seguía haciendo? Todos los días intentaba convencerme de que lo había olvidado, pero muy en el fondo del alma sabía perfectamente que eso no era así. Si no había un maldito día en el que no lo piense, o en el que no lo imagine conmigo.
Es inútil intentar olvidarlo. Y es una completa utopía imaginar o creer que algún día vamos a volver amarnos.

Sinceramente me había cansado de trabajar como bailarina, sentía que el cuerpo no me daba como antes y además en cierto punto ya me había aburrido bastante. Por eso, es que decidí comenzar a dar clases, en un estudio del centro de la ciudad, donde me habían tomado como profesora de danza clásica, en los tres niveles, principiante, intermedio y avanzado.
Pero, este mes, me habían propuesto dar algunos seminarios, los fines de semana, los cuales accedí a dar. Vendrían bailarines de distintas nacionalidades y sinceramente tenía una mínima esperanza de encontrarlo a Pedro allí. Sí, lo sé. Estoy loca.

Valen- Pau.
Paula- ¿Qué enana?
Valen- ¡Paula! ¡No me digas más así!
Paula- (Reí) Ya te lo dije, siempre vas a ser mi chiquitita.
Valen- Pero tengo quince años.
Paula- Y me cuesta creerlo. (Dije haciéndola dar una vuelta) Estás hermosa. ¿A dónde vas?
Valen- No Pau, me falta un montón todavía. Por eso vengo  a pedirte ayuda.
Paula- ¿A dónde vas vos?
Valen- A un cumpleaños de quince.
Paula- ¿Y para qué te queres poner tan linda?
Valen- Porque… (Y noté que sus mejillas se tornaron más rosaditas)
Paula- ¿Va a estar Matías? (Ella asintió tímidamente con su cabeza y sonrió) No quiero que crezcas más Valen, no puedo creer que me estés pidiendo que te ponga linda para que un chico te de bola, antes me venías a buscar para dormir porque tenías miedo.
Valen- Pero amo dormir con vos igual. (Sonreímos) Dale. ¿Me ayudas?
Paula- Por supuesto señorita.
Valen- Gracias, sos lo más.
Paula- Vos mi vida. (Bese su mejilla, bajo algunos reniegos de ella y fuimos a su cuarto, donde la peine y maquille)

No me podía dormir, y no era precisamente porque Valen no estaba en casa (Sí, eso solía pasarme. Me siento una vieja) Me hacía la boluda, pero sabía perfectamente porque mi cabeza no paraba un segundo. En una semana estaría dando aquel seminario.
¿Y si mi presentimiento era real? (¿Presentimiento? Ponele) ¿Y si Pedro venía a ese seminario?
 ¿Y sí que Paula? Sí es obvio que él tiene su familia (Lo sabes)… ¡Deja de ilusionarte con pavadas y dormí! Abracé mi almohada, acomodándome para dormir y cerré mis ojos.

Cinco y media sonó la alarma para ir a buscar a Valen  la fiesta, no había podido pegar un ojo en toda la noche.
Me levante, algo desganada, y después de vestirme (Arriba del pijama, claro está) salí con el auto a buscarla.
En el viaje de vuelta me contó casi toda la fiesta, y el histeriqueo eterno con ese chico que tanto le gustaba.
Cuando llegamos, me quite la ropa y me metí en la cama, escuche que Valen fue al baño, y al rato salió, pero no fue a su cuarto.

Valen- Pau. ¿Me puedo quedar con vos? (Preguntó asomada en el umbral de la puerta)
Paula- Eso no lo tenes que preguntar. Quince años que me manejas como queres vos. (Reímos) Veni… (Dije abriendo mi cama, haciéndole un lugar a mi lado. Ella entró y se metió en la cama conmigo)
Valen- ¿Estás bien vos?
Paula- Sí… ¿Por?
Valen- Porque cuando era chiquita me podías mentir, ahora no. No soy tonta Paula. Tenes los ojitos tristes. Vivís así, y no me gusta.
Paula- (Suspire) Te juro que intento cambiarlo, pero no puedo.
Valen- Pau, tenes que olvidarlo. ¿No te parece que ya es hora?
Paula- No puedo, no sé cómo. Es imposible.
Valen- Conoce a otro hombre hermanita.
Paula- Ya lo intente. Ninguno fue capaz de lograr que me olvide de Pedro.
Valen- Sos tremenda Paula.
Paula- Muy. Pero vos sabes todo lo que fue él para mí.
Valen- Lo sé, pero es hora de que seas feliz. No podes vivir el resto de tu vida así, ya pasaron como seis años… Ya está, ya fue.
Paula- Ojala fuese tan sencillo.
Valen- Pero me voy a terminar enamorando y yendo de casa yo antes que vos. (Dijo riendo y me contagió la risa)
Paula- (La abrace por el costado) Ya sé que no te gusta que sea cargosa, pero gracias hermosa. Estuviste siempre conmigo, desde que eras una pioja hasta hoy, con un abrazo, con un mimo, con una palabra.
Valen- Ya te dije que no me lo agradezcas Pau, vos también estuviste siempre conmigo. Soy lo que soy gracias a vos, y lo sabes.
Paula- (Sonreí) Te amo Valen.
Valen- Y yo a vos Pau. (Nos abrazamos, muy fuerte)

Sonó el timbre, yo estaba sola en casa, mamá trabajaba y Valen estaba reunida con sus amigas/compañeras haciendo un trabajo escolar. Eran Zai y Santino, mi ahijadito de un año y medio. Desde que el peque había nacido, Zai junto a su marido, se instalaron acá.

Paula- (Abrí y sonreí al ver al morochito que me puede completamente, alzándolo) Hola bonito. (Dije y bese su mejilla, reiteradas veces. Soy una madrina algo cargosa, lo acepto)
Zaira- Hola, soy Zaira, tu amiga de toda la vida. Te comento que solo el nene no puede venir, por ahora me tenes que fumar a mí también, somos un combo, y si me saludas estaría bueno…
Paula- (Reí) Me parece que mamá está un poco celosita. (Dije al oído de Santino y él rio) Sos una tarada. ¿Sabías?
Zaira- Seguís sin saludarme. (Reí y la salude, con un abrazo)
Paula- Deja de hacer escenas de celos nena. (Reímos y pasamos, claramente rápidamente me instale con Santi en brazos, estaba algo dormido) Sabes donde hay para hacer café, té o lo que tengas ganas.
Zaira- A veces me arrepiento de que seas la madrina de mi hijo.
Paula- ¿Por qué tanta crueldad? (Pregunte riendo)
Zaira- Porque antes era yo la importante.
Paula- ¡Sos tremenda Zaira! (Reímos)
Zaira- Te jodo tonta.
Paula- Y yo a vos. (Reímos y Zai se fue a preparar quien sabe qué)
Santino, junto con Valen, eran los que me habían ayudado a superar (Al menos un poco) Todo lo que me había pasado, ese nene era una parte importantísima de mi vida. Estar con él, cuidarlo, mimarlo, era desconectarme del mundo por completo.
Zaira- Pau… ¿Te jode si te lo dejo un rato mientras voy a hacer unos trámites?
Paula- ¿Vos estás loca? Me lo podes dejar todo el tiempo que quieras o necesites.
Zaira- ¿Segura? ¿No te jode?
Paula- Zai, sabes que no. Además ando algo… Rara. Me va hacer bien estar un rato con él.
Zaira- (Sonrió) Por eso te lo dejo a vos amiga.
Paula- (Sonreí) Anda tranqui, en serio.
Zaira- Cualquier cosa me llamas al celular.
Paula- Nena, te lo voy a cuidar bien.
Zaira- Ya lo sé tonta. Creeme que si no, no te lo dejaría.
Después de jugar un rato con él en el suelo, y de hacerle cosquillas. (Amo hacerlo) Fuimos a mi cuarto, y me acosté con él en mi cama. Mimando su pancita hasta que se durmió, y yo lo hice a su lado.
Es increíble lo bien que puede hacerte alguien tan chiquito y tan indefenso. Es algo ilógico, se supone que los grandes deberíamos hacerle bien a ellos, y muchas veces ocurre al revés. Así me pasaba con Santi.


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Bueno, hola, como veran estoy antes de lo previsto, me lo pidieron demasiado y el capítulo ya estaba, asique acá lo tienen, MILLONES DE GRACIAS por TANTA buena onda y comentarios TAN lindos, son lo más, de verdad se los digo ;) GRACIAS!♥

Nuevo diseño del blog, bastante distinto, espero que les guste ;)

Acuerdense que arme la lista de nuevo, si alguien quiere que se la pase, avisenme acá o en tw, y los agrego a la lista ;)

martes, 26 de marzo de 2013

Capítulo 100

‘Pedro. Hola, soy Florencia, supongo que te acordas de mí. Y él es Tomás, tu hijo. Podes hacerte un ADN si queres, pero yo estoy segura de que es tuyo, no aborte solo porque vos me lo pediste, pero hacete cargo de él, yo no puedo. Nació hace dos días.’

Mis ojos se empaparon de lágrimas en milésimas de segundo, en mi rostro se dibujó una sonrisa, pero, a la vez, me llene de miedo. Pánico. ¿Es mi hijo? ¿Soy padre y soltero?
Suspire, temblando y lo deje, con cuidado, sobre la cama, estaba demasiado nervioso y conmocionado, me acosté frente a él y prendí la luz del velador, para poder observar con detalle su carita. Era completamente hermoso. Él volvió a tomar mi dedo con su manito y yo sonreí, sin dejar de llorar, y bese suavemente sus dedos, para luego recostarme frente a él.

Pedro- Hola Tomi. (Dije, intentando por primera vez, después de quién sabe cuánto tiempo, hilar una frase)

Necesitaba hablar con alguien, que alguien me ayude, que alguien me dé una mano. Al menos para caer en la realidad, pero, claro, eran las cinco de la mañana. Difícilmente pueda comunicarme con alguien, pero necesitaba hacerlo, asique le mande un mensaje de texto a Caro.

‘Por favor, cuando puedas llamame’

Por suerte, Caro me llamo al poco tiempo, necesitaba descargarme con alguien, pero no podía hacerlo por teléfono, le pedí que venga y después de contarle todo a la velocidad de la luz, le pedí por favor que me ayude, no sabía qué hacer. ¿Cómo se es padre de un día para el otro? ¿De un segundo para el otro?

Me acompañó a un juzgado, donde me dijeron que lo tenga, al menos por unos días. (En caso de que no sea su papá) Asique, fuimos a comprar algunas cosas.
Pedro- Caro, no entiendo nada. (Dije entrando al departamento, con muchísimas bolsas, ella lo llevaba a Tomi en brazos, dormido) Tengo miedo de estar ilusionándome y de que no ser su papá.
Carolina- Hacete un ADN Pepe. Yo te acompaño si queres.
Pedro- (Deje las bolsas en el suelo) Me siento demasiado aturdido, confundido. No sé, tengo miedo, pánico, y la vez felicidad.
Carolina- Digamos que no es muy común esto, es normal que te sientas así.
Pedro- Encima no puedo sacarme a Paula de la mente… Con todo esto va a ser imposible recuperarla. Tengo una mezcla de cosas que ni yo entiendo.
Carolina- Ahora lo importante es él.
Pedro- Pero ella nunca dejo de serlo. (Suspire y Tomi comenzó a despertarse)
Carolina- Ai hermanito. Esa chica te pegó demasiado.
Pedro- Es el amor de mi vida Caro. Te juro que me iría a buscarla, pero no sé ni donde está.
Carolina- (Poso su mano en mi hombro) Ahora hay alguien que te necesita, y que capaz te ayude a sanar un poco tanto dolor. ¿No le queres preparar la mamadera? No sé cómo se banco tanto tiempo sin comer.
Pedro- Porque seguro que la otra idiota nunca le dio nada.
Carolina- Deberías llevarlo al médico.
Pedro- Tenes razón. ¿Es mucho pedir que me acompañes?
Carolina- Obvio que no hermanito.
Pedro- Gracias Caro, de verdad.

Fui a la cocina, y algo torpe prepare una mamadera. Lo tome en brazos y me fui a mi habitación, necesitaba estar un rato solo.
Algo me decía que era mi hijo, no sé por qué. ¿Intuición paternal? Ya no sé ni lo que digo, ni lo que pienso. No sé nada, no entiendo nada.

Pasó una semana y un día. Sinceramente, ya me había acostumbrado a vivir con él, algo que iba más allá de todo nos conectaba. En tan solo ocho días habíamos logrado crear un vínculo que me emocionaba.

Era el día de saber la realidad, los resultados del ADN. Caro, la única que sabía todo hasta el momento, me acompañó a buscar aquel sobre que contiene la verdad de todo esto.

Positivo. Aquel resultado que tanto anhelaba y que tanto miedo me daba. Una mezcla de sensaciones y emociones me recorrió el cuerpo en tan solo un segundo, las cuales desembocaron en incontenibles lágrimas en mis ojos, un acelerado latido de mi corazón y una enorme sonrisa en mi cara.

Pedro- Hola mi amor, soy tú papá. (Susurré y bese su mejilla, para abrazarlo contra mí. Caro se unió al abrazo)

¿Sentiste alguna vez lo que es tener el corazón roto? ¿Sentiste a los asuntos pendientes volver hasta volverte muy loco?
Si resulta que sí, si podrás entender lo que me pasa a mí esta noche….
Ella no va a volver y la pena me empieza a crecer, adentro... La moneda calló por el lado de la soledad y el dolor…
Todo lo que termina, termina mal, poco a poco. Y si no termina, se contamina mal, y eso se cubre de polvo.
La moneda calló por el lado de la soledad, otra vez…
No me lastimes con tus crímenes perfectos.

Si resulta que sí, si podrás entender lo que me pasa a mí esta noche….
Ella no va a volver y la pena me empieza a crecer, adentro... La moneda calló por el lado de la soledad y el dolor, la moneda calló por el lado de la soledad otra vez, la moneda calló por el lado de la soledad.’

 
Cuenta Paula

Última semana de descanso, estaba demasiado aburrida y sola en casa, asique decidí agarrar la compu y pispear un poco el face.
Después de ver el último álbum que Zai había subido, de las fotos que nos habíamos sacado esa noche después de mi momento de angustia, y de estallar de risa con algunas de ellas, seguí bajando por el Inicio, cuando una foto de un bebé demasiado lindo me llamó la atención. ¿Pedro había subido aquella foto? Quizás alguna de sus hermanas había tenido un hijo, o Fede.
Pero no, mis hipótesis fueron erróneas, lo noté al leer la leyenda que acompañaba aquella foto.

‘A pesar de todo, papá te ama y siempre va a estar con vos Tomi’

Mis ojos se llenaron de lágrimas a una velocidad que no creía posible. Pedro siendo padre, al fin y al cabo era lo que él quería, pero dolía verlo, demasiado. Dolía saber que había estado con otra mujer que no era yo, y dolía mucho más saber que había tenido un hijo con alguien que no era yo.
Sí, eso era lo que pretendía el día que lo deje hace… ¿Nueve meses?
¿Tanto me amaba que lo deje y se acostó con otra mina para tener un hijo? ¡Y yo que lo sigo llorando y extrañando!
Una angustia incontrolable me invadió absolutamente todo mi ser, las lágrimas no dejaban de nacer de mis ojos ni de humedecer mis mejillas. Lo había perdido y para siempre.
¿Cómo seguir viviendo sabiendo esto? ¡Qué nunca iba a volver a estar con él!
‘Qué rápido para hacer los trámites Pedrito’ Dije llena de bronca y cerré la computadora para correr al baño. ¡No Paula, de nuevo no!

'Apuesto a que estás cansado de una larga y pesada semana. Apuesto a que estás sentado en tu silla junto a la ventana mirando la ciudad. Y yo apuesto, a que a veces te preguntas por mí. Y yo sólo quiero decirte, pongo todo de mí, en no llamarte. Y desearía poder correr hacia ti. Y espero que sepas, que todas las veces que no lo hice es porque casi lo hago, casi lo hago... 
Hemos hecho un lío, cariño, es probable que sea mejor de ésta manera
Y te confieso, cariño que en mis sueños tú estás tocando mi rostro, y me preguntas, si quiero intentarlo de nuevo contigo, y casi lo hago...

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¿Cómo seguir viviendo sin el amor de su vida? ¿Cómo se vive en la soledad eterna? ¿Cómo se vive sin poder amar a quien necesitas amar? ¿Cómo?
Nadie, ni un familiar, ni un hijo, es capaz de tapar aquel vacío que deja el no poder amar ni entregarte al amor de tú vida.

Vivir en la soledad eterna, porque a pesar de estar rodeados de gente, se sentían así, en una soledad eterna. Porque el uno sin el otro se sentían completamente vacíos, incompletos. Se sentían muertos en vida. “Amor significa sentirse vivo… A significa ‘no’ MOR significa ‘muerte’…”

Así se sentían, muertos en vida. Sin el poder amarse el uno al otro nada tenía sentido.

Él solo la olvidaba cada vez que se conectaba son su hijo, y ella solo era capaz de olvidarlo cada vez que lograba conectarse con su hermana. Aquellos nenes que son sus ángeles, para siempre. Aquellos nenes que constantemente intentan calmar un poco esa soledad y ese dolor que sienten en lo más profundo de sus almas.

¿Por qué todo había sido tan difícil para ellos? ¿Por qué no podían estar juntos? ¿Amarse? ¿Ser felices?

Pedro una y otra vez se planteó que si nunca se hubiesen peleado no estaría junto a su hijo, pero ¿Si quizás todo se solucionara hoy? Aunque claro está, que Paula nunca le perdonaría esto, aunque él tampoco estaba demasiado seguro de perdonarle todo el daño que había provocado en él.
Paula se planteó una y otra vez que hubiese pasado si nunca hubiese cometido la locura de irse a vivir a aquel lugar tan alejado de él. ¿Qué hubiese pasado si se cruzaban?

¿Qué hubiese pasado si sus corazones y sus cuerpos volvían a encontrarse? Seguramente nada les hubiese importado, porque el amor que los unía era más fuerte que cualquier dolor, que cualquier orgullo, que cualquier impedimento. Sus corazones se aman, a pesar de todo. Sus corazones se aman eternamente, sin contradicciones ni remordimientos.

Pero ahora están separados, por eternos kilómetros, por un enorme océano. Ella no sabe dónde está él. Él no sabe dónde está ella. ¿Cómo encontrarse?

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Wow, capítulo 100, juro que nunca pensé que iba a llegar a escribir CIEN capítulos de una historia que me cope y me guste como la que estoy haciendo (Porque he escrito historias mucho peores que ésta) y menos que menos a compartirla con un ‘público’, escribo desde que tengo memoria, y un día se me ocurrió que una amiga me lea, no sé cómo fue, pero ese día, de a poco, comencé a mostrar lo que hacía, y este año, mientras estaba de vacaciones en la playa me pregunte ¿Por qué no mostrar lo que hago? Y comencé a idear toda esta historia, dramática, LO SE, pero que sinceramente me apasiono escribirla desde el primer momento.
NUNCA creí que tanta gente me iba a leer, de verdad, GRACIAS a cada uno que me lee, a cada uno que me crítico, a cada uno que me dijo cosas lindas como las que me dicen, a cada uno que me tiro una idea para avanzar la historia, GRACIAS, de verdad. Fueron los primeros en no menospreciar lo que hago, y no se dan una idea de lo MUCHO que vale eso para mí, porque estoy acostumbrada a pasar desapercibida por el mundo y a que nadie valore lo que hago, por eso todo esto me parece increíble.
GRACIAS porque a partir de que empecé a postear mi novela comencé a mostrarme realmente como soy, y no acá en twitter o en las redes sociales porque siempre fui yo, si no en mi vida, y eso es algo que siempre me costó. GRACIAS!
Pasando a la parte ‘técnica’ la novela, como ya dije, va a tener una segunda parte que la voy a arrancar ESTE SABADO, a todos los que le interese que les siga pasando la novela AVISENME, por acá o por cualquiera de mis dos twitters (@paulashines o @MisNovelasPyP) porque VOY A REHACER LA LISTA, y todos los que quieran sumarse, obvio que también puede hacerlo ;)

El final triste, dramático, como mi novela, lo sé… Pero si lo terminaba bien no sabía cómo seguirla, asique justifiquen el final triste con la segunda temporada… ;)

GRACIAS una vez más, y si pueden coméntenlo, o comenten la novela en sí, quiero opiniones sinceras que me sirvan para la segunda parte, y además porque quiero agradecerle a cada uno que leyó todos estos meses la novela. Gracias por última vez y acuérdense que si quieren que se las siga pasado tienen que avisar. Y ahora sí, adiós, hasta el sábado ;)

lunes, 25 de marzo de 2013

Capítulo 99


Hacía demasiado tiempo que ya estaba acá y sinceramente no me terminaba de acostumbrar, seguía sintiendo que no era mi lugar.
Ya tenía 23 años y mi hermana 10. La obra llevaba meses en cartel, y sinceramente nos estaba yendo demasiado bien. ¿Cuándo había pasado tanto tiempo?

Desde que estoy acá, a pesar de la angustia que ya convive conmigo, no volví a vomitar (Ni a tener ganas de hacerlo) Cami decía que era por el cambio tan rotundo de vida. Una buena en todo esto.
Igualmente, seguía hablando con ella, y bastante seguido. Por Skype. Aún no me sentía del todo recuperada como para abandonar el tratamiento, a pesar del tiempo que había pasado.

En este momento, estábamos en una especie de ‘vacaciones’ con el espectáculo, ya que hacía más de seis meses que estábamos en cartel, sin parar. Era agotador. Demasiado.

Caminaba por las calles españolas, en medio de una increíble tormenta, estaba yendo a buscar a Zai al aeropuerto, desde que estoy acá nos vemos más seguido que cuando estaba en Argentina, vive trabajando acá. (Por suerte)

Paula- (Corrí a abrazarla) ¡Zairu!
Zaira- Hola Pauchi. (También me abrazo) ¿Cómo estás amiga?
Paula- (Suspire) Como puedo. ¿Vos?
Zaira- (Se separó un poco de mí) ¿Algún día cambiará esa respuesta?
Paula- Eso espero… (Suspire) Pero no da ponerme mal acá y ahora. Dale, anda a buscar tus valijas que te acompaño al hotel y te venís a casa, porque te comunico que hoy dormís conmigo.
Zaira- ¡Pero que autoritaria! (Reímos y la acompañe a retirar sus valijas y hacer trámites varios)

Noche de tormenta (Nunca había cesado) con un interminable termo de café bien caliente. Hacía un mes que no nos veíamos, y como ya dije, desde que estoy acá nos vemos más seguido, eso era demasiado tiempo.
Los colchones en el suelo, y varias mantas. Hacía mucho frío.

Zaira- Podes poner play cuando quieras.
Paula- (Reí) ¿Tan insoportable soy?
Zaira- Lo extraño a Pedro, y fui una boluda. (Dijo burlándome y yo reí)
Paula- Sos una tarada.
Zaira- Al menos te hago reír. (Sonreí) En serio amiga, ya no da para más esto. Vamos a salir, el sábado a la noche, y vamos a conocer gente nueva, vos lo necesitas.
Paula- No tengo ánimos de abrirme a conocer gente nueva, hombres precisamente.
Zaira- Pero tu estado anímico no da para más. ¡Necesitas una alegría amiga!
Paula- ¡Zaira! (Le pegue suavemente en su hombro) Sabes que no soy así.
Zaira- Ya lo sé tonta, sos un angelito del señor que nunca estaría con un hombre porque sí. Pero podes conocer a alguien, capaz podes volver a tener una relación.
Paula- Sí… ¿Amándolo a Pedro? No Zai. No quiero lastimar a alguien más, bastante tengo con toda la culpa que me carcome por todo el mal que le hice a él. (Suspire)
Zaira- No podes tener una cabeza tan enroscada Paula.
Paula- Es lo que hay, soy así. No puedo hacer nada contra eso.
Zaira- Cambiar.
Paula- ¿Más cambio del que hice, o intente hacer?
Zaira- Lo intentaste, vos lo dijiste.
Paula- (Suspire) Ya no sé qué carajo hacer para olvidarme de él. Intente todo.
Zaira- Menos estar con otro hombre.
Paula- No quiero lastimar a nadie más.
Zaira- ¿Vos te pensas que por estar con un flaco una noche lo vas a lastimar? ¿No conoces la psicología de los hombres todavía? Más que lastimarlo, le estarías haciendo el favor de que la…
Paula- Bueno Zaira, ya entendí. (Dije riendo)
Zaira- Tenes 23 años nena, deja de ser ubicadita. (Volvimos a reír)
Paula- Son demasiado fríos los europeos Zai, no me gustan.
Zaira- Vamos a conseguir un argentino entonces. ¡No vas a morir soltera!
Paula- ¡Estás loca!
Zaira- Bastante. (Reímos) Pero vos no te quedas atrás eh. (Volvimos a reír y le revolee un almohadón) Ah no Paulita. Te pasaste. (Y me la devolvió. Guerra de almohadas, como cuando teníamos doce años, terminamos las dos muertas de risa, acostadas en los colchones)
Paula- Gracias amiga.
Zaira- Nada que agradecer hermosa. (Sonreí)

Yo había ido al baño y cuando volví Zai estaba mirando mi caja.

Paula- Retiro el gracias de hace un rato, guarda eso, por favor. Me hace mal. (Dije entrando a la habitación y cerrando la puerta)
Zaira- Perdón, es que me intrigó.
Paula- No me jode que lo mires Zai. Me hace mal lo que hay ahí adentro. (Suspire sentándome contra la pared) Esta toda mi historia con Pedro.
Zaira- Es lo que estoy notando. ¿Para qué lo tenes? ¡Tiralo!
Paula- ¡Ni loca! Es lo único que me queda de él.
Zaira- Así no lo vas a poder olvidar ni superar nunca Pau.
Paula- No estoy tan segura de querer olvidarlo.
Zaira- ¿Y qué? ¿Vas a vivir aferrada a un amor del pasado?
Paula- No sé. Te juro que no sé.
Zaira- Me das tanta ternura Pau.
Paula- ¿Ternura? Yo me doy pena. Deje al amor de mi vida, y ya no hay retorno. No te das una idea de lo que me arrepiento.
Zaira- Vos sabías que era una locura.
Paula- Sí, pero creí que era lo mejor, y en cierto modo lo sigo creyendo. Para él.
Zaira- No estoy tan segura de lo que decís.
Paula- ¿Sabes algo de él?
Zaira- No, ni idea. No lo vi más. Pero te amaba demasiado, yo creo que debe estar como vos. Son dos idiotas llorando el uno por el otro a millones de kilómetros.
Paula- Espero que no, quiero creer que la única que llora soy yo.
Zaira- No estés tan segura Pau.
Paula- Fui una pelotuda.
Zaira- La verdad, que sí.
Paula- No hice una bien en toda mi vida Zai.
Zaira- Hey, para, tampoco te tires tan para abajo.
Paula- Es la verdad… (Dije con los ojos llenos de lágrimas y con un nudo en la garganta)
Zaira- (Se acercó a abrazarme) No llores Pau.

Cuenta Pedro

Meses pasaron, y yo intentaba olvidarme de lo que me había dicho, porque… ¿Para qué me lo iba a venir a decir si pensaba abortar? ¡Estaba loca! ¡Está loca! Ese hijo no era mío, aunque, pensándolo bien, quizás nunca había estado embarazada. ¿O sí?
Sí tan solo atendiera una vez el teléfono.

Así había vivido mi mente los últimos meses, momentos de felicidad al pensar que quizás era mío, momentos de angustia al creer que quizás había abortado, y momentos de duda, demasiada.
Y en medio de todo esto, Paula, que a pesar de que pasen los días, las semanas, los meses, los años y las vidas no podría arrancarla de mi corazón. Nunca.

Era de noche y no me podía dormir, ya había probado todas las posiciones existentes (y las no existentes también), tapado, destapado. Tome agua, leche y hasta inclusive un té (A pesar de cuánto los odio, era la caja de tés que Pau tenía en casa…) ¡Era misión imposible!
Mi cabeza era incapaz de dejar de lado sus mil pensamientos por segundo.
Y cuando por fin estaba logrando conciliar el sueño sonó el timbre. ¿A esta hora? ¡Son las tres y media de la mañana! Y por un segundo me ilusione creyendo que podría ser Paula, pero no. Al llegar a la puerta escuche el llanto de un bebé.

Algo extrañado abrí la puerta y al mirar al suelo me encontré con un bebé, demasiado chiquitito, envuelto en una manta y con una carta.
Me agache para tomarlo en brazos, él lloraba y al alzarlo se tranquilizó. Una sensación de vértigo y de felicidad me invadió… ¿Sería mi hijo?
Entre al departamento y luego de sentarme en el sillón lo acomode sobre mis piernas, acostado sobre ellas y tomó mi dedo con su manito. Después de observar cómo se iba quedando dormido con una mezcla de sensaciones en el cuerpo, lo alce en mis brazos y fui hasta mi cuarto, con la carta (que no me animaba a abrir). Me semi acosté en la cama, y lo acomode sobre mi pecho, donde rápidamente se durmió completamente. Momento en el cual, me decidí a abrir la carta, temblando.


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Buenas tardes, ante último capítulo cosa que ni yo puedo creer, pero mañana me extenderé.. :) 

domingo, 24 de marzo de 2013

Capítulo 98


No sé qué ataque de locura me agarró, pero estaba yendo a Europa a buscarte.
Corría por la avenida principal hasta que te encontré, tan linda como siempre. Sonreí y luego de tomar aire retome la corrida hacía vos.

Pedro- Pau, mi amor. (Dije con lágrimas en mis ojos)
Paula- (Te diste vuelta y sonreíste) ¡Pedro! ¿Qué haces acá? Quiero olvidarme de vos, no me persigas. Por favor.
Pedro- Pero yo no quiero que te olvides de mí, ni quiero olvidarte yo. Nos amamos Paula, es innegable, como lo es también que necesitamos estar juntos. ¿Me vas a decir que vos no queres estar conmigo? (Y no deje que respondas, porque recorrí con la punta de mi nariz la tuya, vos sonreíste y me esquivaste) Mi amor…
Paula- Por favor. (Dijiste alejándote de mí, pero yo te tome de la mano y corrí un mechón de pelo de tu cara) Por favor… (Y tus ojos se llenaron de lágrimas)
Pedro- ¿Por favor qué? ¿Por favor que te bese? (Vos negaste con tu cabeza y lleve tus manos detrás de tu cuerpo, para que no me pares y para por fin, poder volver a unir nuestros labios en aquellos besos que me daban vuelta el mundo en tan solo medio segundo)

No solo me había quedado dormido esperando a esta mina, sino que también había soñado con Paula. ¡Bingo!

‘Quiero ya no amarte y enterrar este dolor, quiero que mi corazón te olvide…’

Al escuchar el timbre, seque mis lágrimas y abrí, por el portero eléctrico.
Su aspecto era extraño, o no era el mismo que tenía la noche que la conocí.

Pedro- ¿Me podes explicar que pasa? Porque ya me estás poniendo nervioso.
Flor- Es que… Pedro… ¿Vos te acordas que nosotros estuvimos juntos, no?
Pedro- Sí… (Silencio)
Flor- Bueno… ¿No te das cuenta de lo que te quiero decir nene?
Pedro- Vos… ¿Estás embarazada? (Pregunte con temor)
Flor- Sí.
Pedro- ¿Qué? (Suspire, intentando asimilar aquella noticia) ¿Y cómo sé que es mío? Si no te conozco. (Pregunte, intentando atajarme y negarlo todo)
Flor- Porque deberías creerme, igual te vengo a contar que me lo pienso sacar.
Pedro- ¿Vos estás loca nena? (Grite con bronca)
Flor- No, un pendejo a esta altura de mi vida me la arruinaría.
Pedro- No, por favor, no. Si ese bebé es mío no lo hagas, y si no lo es, tampoco. ¿Qué culpa tiene? (Dije suplicando, dolido, con lágrimas en mis ojos)
Flor- No puedo dedicarme a ser mamá. No soporto a los nenes.
Pedro- Al menos tenelo, vas a ver que te va a cambiar la vida. Y si en serio es mío, me voy a hacer cargo.
Flor- No vas a tener que hacer nada, porque no va a existir.
Pedro- ¿Qué carajo tenes adentro nena?  (Volví a gritar, con más bronca que antes)
Flor- Ganas de una vida sin responsabilidades.
Pedro- ¿Me puedo hacer un ADN?
Flor- No, solo vengo a decirte esto. No me vas a ver nunca más un pelo. (Se levantó y la seguí)
Pedro- ¡Para! Por favor, no le quites la posibilidad de vivir.

Cuenta Paula

Dos meses, dos meses de ensayar día y noche, hasta el cansancio, hasta el agotamiento.
Por fin había llegado el día, hoy estrenábamos. Ya estaba con el vestuario del primer cuadro, en mi camarín, esperando a que llegue la peluquera y maquilladora.
Tenía unos nervios algo indescriptibles, no eran como los de siempre. Quizás porque era en un lugar nuevo, en un país nuevo. Era algo distinto a todo lo que ya había hecho.

Escuche que ya habían dado sala y creí que en ese momento me desmayaba. (De los nervios, del miedo, del vértigo) Para colmo, era yo quien abría el espectáculo, pero nada fue tan grave de como lo pensaba, la primera función pasó, el debut pasó, con emociones y sentimientos encontrados, pero con un poco bastante de felicidad. (Algo extraño en mí desde que me había peleado con Pedro)
Bailar, a pesar de todo, seguía siendo mi cable a tierra, mi terapia. Bailar me desconectaba del mundo y me conectaba conmigo misma. Bailar, concentrándome en cada movimiento, dejando los problemas y angustias debajo del escenario.

Paula- (Escuche que tocaban la puerta de mi camarín) Pase.
Valen- (Abrió la puerta de mi camarín y corrió a abrazarme) Bailaste hermoso Pau.
Paula- Gracias mi vida. (Bese su mejilla y la abracé más fuerte)
Valen- Y bailaste con una sonrisa.
Paula- (Sonreí) Porque te tenía a vos ahí mirándome. (Me separe un poco de ella)
Valen- Siempre Pau, me encanta verte bailar. (Me arrodille para quedar a su altura)
Paula- No podes ser más hermosa. Y no puedo creer que estés tan grande, y que siempre estés conmigo. (Acaricie su nariz) ¿Sabes qué? Si yo hoy estoy acá es por vos, porque vos, tus abrazos, tu risa, cada noche que dormimos abrazadas me dan fuerza para seguir, a pesar de todo lo malo que me pasó, que me pasa, a pesar de lo triste que vivo. Te amo muchísimo Valen, no te lo olvides nunca, por favor. (La abracé y bese reiteradas veces su mejilla)
Valen- Y yo estoy acá por vos, porque siempre me cuidaste Pau. (Se separó un poco de mí y corrió torpemente el pelo de mi cara) Te amo hermana. (Sonreí y la abracé, llenándola de besos para no llorar. Momento en el cual entró mamá)
Eugenia- No hay nada que me haga mejor en la vida que ver cuánto se aman. (Sonreí, separándome un poco de Valen)
Paula- Gracias a las dos, si no fuese por todo el apoyo que me dieron, hoy no estaría acá. Gracias a las dos, por haberse venido acá conmigo, a pesar de sea una locura. Y juro que si estoy haciendo o intentando estar mejor es solo porque tengo el apoyo de ustedes.
Eugenia- ¿Cómo no voy a apoyarte? Sos mi hija.
Paula- (Sonreí) Pero es una locura lo que hicimos. ¿Se dieron cuenta que nos vinimos a vivir a otro continente? ¡Con un océano en el medio! Gracias, a las dos, de verdad. (Nos abrazamos las tres)

Cuando volví a casa, después de una cena post-debut, estaba sola en mi habitación. En compañía de un té (En una taza algo bastante más grande que lo normal) y de mis auriculares, sonaba ‘The Scientist’ de Coldplay, una canción que siempre me había llenado de paz, de tranquilidad.

La cama estaba desarmada, y yo estaba sentada en ella, con mi espalda contra el respaldo, pensativa. (Demasiado pensativa para mí gusto)
Y, como en cada noche pensativa (Y nostálgica) Pedro se venía a mi mente, una vez más.

¿Qué estarás haciendo ahora mi amor? No sabes lo que daría porque abras la puerta y me des un abrazo, un beso, porque me mires a los ojos, por poder sentir el contacto de mi piel con la tuya.
Y sí, ya sé, yo fui la idiota que provocó esto, y espero que estés siendo feliz, o intentándolo. Es lo que más deseo en este mundo. Tú felicidad Pedro.

Subí el volumen de la música, y justo comenzó a sonar ‘Fix You’ (La carpeta de Coldplay continuaba) y sin pedir permiso, todos los recuerdos de aquella noche en la cual nos habíamos jurado amor eterno mediante esa pulserita que hoy sigo llevando puesta, me invadieron.
Amor eterno. Qué promesa tan grosa habíamos hecho, promesa que yo no había podido cumplir. Promesa que se quebró, que se rompió. Promesa que intenta quedar en el olvido.

Mí estado anímico pedía con urgencia un cambio de lista de reproducción, Tan Biónica.

‘Se despertó llorando, se desilusionó, buscando los motivos de su desolación. La consecuencia grave, la desesperación y el enfermizo juego de la transformación. 
Ella no entiende por qué desembocó en un invierno su veranito de San Juan. Te veo un poco triste. 
Mi amor, no llores, es la mañana. La depresión asesina te vino a visitar. 
Se borra su sonrisa y me pregunta por. Va a continuar actuando, se muere de dolor, la habitación de golpe le vuelve una prisión. Apaga los incendios con la resignación. 
Se borra su sonrisa y me pregunta por. Es el infierno nena llegó la depresión.’ 


Ser feliz siempre fue una completa utopía para mí, pero sin él era tan imposible como que la luna y el sol se cruzaran, tan imposible como que el agua no apague el fuego, o que el alcohol no lo incentive.
¿Y cómo apagar este fuego que es una completa mezcla de dolor, angustia, miedo y amor? ¿Cómo apagar este fuego que él provocó en mí? ¿Cómo hacer para no quemarme en la peor depresión? (Y eso que he pasado depresiones) Pero ésta la había provocado yo sola, y eso la hacía aún más dolorosa.
La depresión es un síndrome caracterizado por una tristeza profunda, abatimiento y disminución de las funciones psíquicas (Sí Cami me lo habrá repetido) ¿Pero cuándo la depresión es provocada por uno? ¿Es más dolorosa?

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Bueno, el que me quiera matar hagalo, o putearme, lo que apetezcan..

sábado, 23 de marzo de 2013

Capítulo 97


Málaga, España, Europa. Nueva vida. (O un intento de aquello)

Pasaron dos largos meses,  largos y complicados meses.
Hoy se cumplían dos meses desde aquel día en el cual había pisado mi nuevo lugar (Al cual me era demasiado difícil, tedioso y angustiante adaptarme), dos meses de que había decidido (O que decidimos, con mamá y Valen) darle un giro a nuestras vidas.

Dos meses, en realidad algunos días más, que no sabía nada de él, que no escuchaba su voz, que no lo podía mirar a los ojos, que no sentía su respiración cerca de la mía, ni sus brazos rodeando mi cuerpo, haciendo que todo el mal desaparezca. Que no sentía el exquisito sabor de sus besos, que no dormía sobre su pecho ni con sus caricias en mi pelo.
En fin, dos eternos meses en el cuales lo extraño cada día, todos los días. Y cada vez más.

Los ensayos habían comenzado, y sinceramente aquellos momentos y los momentos con Valen eran los único que lograban aislarme de la realidad, nunca creí que iba a estar tan pendiente de mí. Es increíble lo mucho que amo a esa nena.
A veces siento que todo lo que nos tocó vivir la hizo madurar y bastante… Ella terminó el año escolar en Argentina, asique ahora estaba de vacaciones.
Yo estaba en mi cama, algo pensativa, escuchando música cuando siento que se abre la puerta…

Valen- Pau…
Paula- Pasa Valen. (Dije sin intenciónalguna de levantarme y ella se acostó a mi lado) ¿Qué pasa?
Valen- Que no quiero que estés triste, entonces vengo a hacerte compañía.
Paula- (Mordí mi labio muerta de ternura y la abrace) No estoy triste mi amor.
Valen- Pau, soy chiquita no tonta. (Reí) Lo extrañas a Pedro.
Paula- Mucho. (Suspire) Pero bueno… Ya está. (Intente cambiar el ánimo) ¿Y si miramos una peli con una súper chocolatada?
Valen- ¡Con medialunas!
Paula- ¿Quedan todavía?
Valen- Sí, mamá dejo arriba de la heladera. (Sí, porque mamá por suerte había conseguido trabajo, solo de tarde en un negocio de ropa)
Paula- Entonces vamos señorita. (Tome su mano y nos dirigimos a la cocina)

Aquella noche, estaba sola en mi cuarto y era sábado, por lo tanto la mañana siguiente la tendría libre.
Por primera vez me atreví a prender la notebook y conectarla a Internet, y eso implicaba Facebook, en donde lo tenía como amigo. Nunca lo había borrado, y tampoco quería hacerlo. Había sido (O es) alguien demasiado importante en mi vida como para nunca más saber nada de él.
Casi temblando, por temor  a que podía llegar a encontrarme, tipie mi cuenta de mail y a continuación mi contraseña. Enter, antes de arrepentirme.
Baje por el Inicio y ni rastros había de él, lo cual, en cierto punto me ¿Tranquilizo?
Busque mis auriculares para conectarlos a la compu y comenzar a reproducir música, momento en el que me hablo Zai, seguida de una de las chicas que antes bailaba conmigo, pero nunca cerré el Inicio; y cuando lo actualicé encontré un nuevo estado de él.

‘Pedro Alfonso ha compartido una foto’. (Foto que consistía de una tormenta demasiado furiosa) Acompañada por una leyenda:Creo ver la lluvia caer en mi ventana te veo pero no está lloviendo no es más que un reflejo de mi pensamiento, hoy te echo de menos'
 Y fue después de leer aquello que un nudo de angustia, dolor y una mezcla de extrañarlo con amarlo me cerró el pecho, llenando mis ojos de lágrimas. 
Y, como si fuese poco, comenzó a sonar creo que la canción menos indicada para aquella ocasión.
 
'Dicen que para olvidarte hay que tener en el bolsillo un almanaque sin domingos, un crucero y navegar en un océano sin mar, tomarse toda el agua de la lluvia. 
Y en realidad, hay cosas que no voy a olvidar, como tus ojos de soledad, la tarde que los hice llorar.
Si no te olvido, dicen que puede doler mucho más de lo que duele, cuando te tengo en mi memoria, estás acá’


Cerré la computadora, con algo de bronca y me tire en la cama, llorando. ¿Por qué la vida es tan difícil para mí? ¿Qué hice para tener que pasar todo lo que pase y estoy pasando? ¿Por qué todo tuvo que pasarme a mí?
Cerré mis ojos, dejando que mis lágrimas recorran libremente mis mejillas y busque debajo de mi cama aquella caja donde tenía guardado cada detalle de mi historia de amor con él, y allí lo encontré. A Pedro, mi osito. Lo abracé contra mi pecho y volví a cerrar mis ojos, me sentía como aquellas noches sola en la clínica, la única diferencia es que ahora por más que mucho espere, él no entraría por la puerta con ganas de mimarme.
Suspire y mi cabeza, a la par de mi corazón, comenzaron a recordar y a vivenciar cada momento con él, provocando cada vez más angustia y más lágrimas…
No sé cómo ni cuándo, pero me quede dormida y abrazada a mi muñeco.

Al día siguiente, me desperté y la tenía a la enana durmiendo a mi lado, con su cabeza sobre mi pecho, demasiado instalada en mi cama y abrazándome. Sonreí al instante la abracé, besando su frente.

Valen- Buen día Pau.
Paula- Buen día mi amor. ¿Qué haces acá?
Valen- Ya te lo dije, no quiero que estés triste.
Paula- Sos lo más hermoso del mundo. (La abracé más fuerte) Pero recién son las diez de la mañana… ¿No queres dormir un ratito más?
Valen- Pero con vos.
Paula- Obvio Valen. (La abracé por la espalda y acomode las mantas, para que nos tapen bien. Hacía frío) Nunca te olvides de que te amo con todo mi alma hermanita, nunca. (La abracé aún más fuerte y bese su mejilla)
Valen- Y yo a vos Pau. (Sonreí y apoye mi cabeza en la almohada, para poder dormir un rato más)
Cuenta Pedro

Hacía dos meses que se había ido, dos meses que intentaba encontrarle un nuevo sentido a mi vida y era completamente imposible.
Era imposible olvidarme de ella, era imposible no pensarla a cada segundo.

La extraño, la necesito, acá, conmigo. Necesito besarla, abrazarla, sentirla. Necesito acariciar su piel, su pelo. Mirarla a los ojos, tomar su mano, secar sus lágrimas y disfrutar de sus sonrisas.

‘Noche a noche en blanco sin dormir, ardo entre los pliegues de mi cama, sé que estas a punto de venir pero solo viene la mañana…
Tu loca manía has sido mía solo una vez dulce ironía fuego de noche, nieve de día.
Y mientras yo me quedo sin ti, como un huracán rabioso y febril, tanta pasión, tanta osadía oh, tu, fuego de noche, nieve de día…’

Mientras me bañaba, escuche sonar mi celular, pero digamos que se complicaba atender, asique lo deje sonando. Pero quien quiera que sea era algo insistidor y volvía a llamar, incontables veces.
Me apure para salir de la ducha, y envuelto en el toallon fui en busca de mi celular. Número desconocido, atendí.

Pedro- Hola…
Flor- Hola ¿Pedro? ¿Te acordas de mí? Soy Florencia.
Pedro- ¿Qué carajo queres nena?
Flor- Verte, necesito hablar con vos.
Pedro- Yo no.
Flor- Es algo importante, y que nos incumbe a los dos. Por favor.
Pedro- (Suspire) Bueno, está bien, te mando mi dirección por mensaje de texto y te espero.
Flor- Ok.



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Aquí el capítulo de hoy, POR FAVOR, comenten en donde quieran, pero comenten, a la noche respondo todo porque ahora me voy....

PD: VUELVE LA COCINA ♥ felicidad, mucha.