Capítulo 40

Mamá ya sabía todo, preparó galletitas de naranja caseras, las cuales amo y después de preparar dos tés nos envolvimos en mantas y nos sentamos en el balcón.

Eugenia- Pau, te voy a contar una historia que vos no sabes.
Paula- Jodeme que existen más pálidas en ésta familia, yo creo que ya merecemos un premio.
Eugenia- Me gusta que le pongas un poco de humor porque sí, existen.
Paula- (Suspiré) Bueno, te escucho entonces.
Eugenia- Te involucra a vos… Cuando con tu papá quisimos buscar un bebé, el panorama fue mucho más complicado de lo que pensábamos. Me tuve que hacer una operación, la cual en un principio no funcionó, llegamos hasta a una inseminación, llegué yo en realidad, arrastrándolo a él, eso tampoco funcionó, y la verdad es que en ese momento nos resignamos, hasta que un día me enteré que estaba embarazada, de vos mi amor. (Sonreí con lágrimas en mis ojos) Tú embarazo me costó llevarlo, siempre fue de riesgo, me pasé los nueve meses en la cama, haciendo reposo, todo para cuidarte, porque eras mi bebé y no quería perderte… (Secó mis lágrimas) ¿Sabes qué? Siempre sentí que vos ibas a ser alguien especial, alguien que no iba a pasar así como así por la vida, porque fuiste complicada desde el principio. (Reímos) Pero ese no es el punto… Por tú hermana también tuve que pasar mil cosas, y peores porque a esa altura ya él estaba negado y yo cegada porque lo seguía amando, pero Valen existió un día adentro mío, y ahora las dos son lo más lindo que me dio la vida. (Y ambas llorábamos, necesité abrazarla, necesité sentir el abrazo de mi mamá, y así lo hice) Juro que sé y entiendo cómo te sentís, pero no es imposible hija.
Paula- Te juro que lo siento así… Y… (Me separé un poco de ella) Primero me dejas helada con todo lo que me contas y segundo, no es que no me quiera comparar, pero lo que me pasa a mí lo generé yo, y eso es lo que más bronca me da.
Eugenia- Pero no podes cambiar el pasado Pau.
Paula- Ya lo sé…
Eugenia- Pero el presente sí.
Paula- ¿Cómo?
Eugenia- Poniéndole el pecho a lo que te pasa, por mucho que duela. No me contaste exactamente qué posibilidades te dijo que existen, pero las que existen que no sea la natural son todas muy dolorosas, no tanto corporalmente, psicológicamente te hablo, y te lo digo porque me parece inútil mentirte. Pero ¿Sabes qué? Al final del camino, cuando sientas a tu bebé moverse adentro tuyo te vas a dar cuenta de que todo valió la pena.
Paula- (La abracé) Te amo mamá.
Eugenia- Yo también te amo hija… Y tranquila, que odiarte en este momento no sirve de nada.

Le pedí a mamá dormir con ella, como cuando era una nena y ella accedió.

Cuando fui a apagar mi celular encontré un mensaje de Pepe.

‘Te vi en el balcón con muy buena compañía, puedo dormir tranquilo, no? Descansa mi amor que lo necesitas. Te amo’

‘Sos muy lindo, sabes? Dormí tranquilo que vos también lo necesitas… Te las hice pasar feas hoy. Perdón. Te amo’


Eugenia- ¿Era Pepe, no?
Paula- Sí… ¿Por?
Eugenia- Porque te brillan los ojitos. (Sonreí) Y hoy los tenes muy tristes, no sé, te cambió la mirada.
Paula- (Me acosté) A veces siento que no merezco un hombre como él. Soy una mina tan complicada, y él siempre está. Siempre.
Eugenia- Nadie tiene más de lo que se merece hija. La vida aprieta, pero no ahorca, te saca pero te da.
Paula- Tus frases hechas siempre vienen a la situación. (Dije apoyando mi cabeza en la almohada, ella apagó la luz y acarició mi pelo)
Eugenia- Prohibido largarte a llorar eh.
Paula- (Reí) Me conoces mucho mami.
Eugenia- Descansa y no te maquines, porque así, no logras nada.
Paula- Gracias ma…
Eugenia- No tenes que agradecerme nada Pau.
Paula- Recién me dijiste que la vida aprieta pero no ahorca… Y tenes razón, porque me sacó a mi viejo, pero me dio a la mejor mamá del mundo.
Eugenia- Te amo hija…
Paula- Y yo a vos mami.

En medio de la madrugada me desperté, con la necesidad de decirle algunas cosas a Pedro. Prendí mi celular y comencé a escribirle…

‘Siento que cuando nos reencontramos me puse una máscara, con una sonrisa, porque la excusa de mi tristeza siempre era el no tenerte, y hasta yo me lo creí así, aunque en el fondo sabía que eran muchas más cosas las que generaban esa angustia, entre ellas, ésta.
Perdón, perdón porque esto no era lo que quería, perdón por no poder darte lo que te mereces, perdón por ser algo que no quiero ser, que no quisiera ser, perdón por ser esto que soy.
Te juro que a veces quisiera que nunca te hayas enamorado de mí, porque siento que sos demasiado para mí y yo muy poco para vos. Perdón… Perdón por hacerte pasar todo esto, perdón por esto que te digo, pero necesitaba decírtelo.
Te amo Pedro, con todo mi corazón, con mi alma, con mi vida. Y no te das una idea de lo mucho que te agradezco todo lo que haces por mí, sostengo mi teoría de que no sos de este mundo, sos demasiado especial, y espero algún día poder devolverte al menos un poquito de lo muchísimo que me das.

PD: Perdón si te despierto, pero necesitaba decírtelo antes de arrepentirme.’

‘Es la última vez que me pedís perdón, anda mentalizándote. Sabes que no tenes que agradecerme nada, si estoy con vos es porque lo siento, porque quiero hacerlo, porque quiero estar con vos, cuidarte, mimarte. Porque lo que más quiero es que seamos felices, los dos, vos y yo.
Capaz que todas las cosas que nos tocaron pasar, y más que nada a vos, tengan un porqué que hoy no podemos ver, pero nada pasa porque sí… Y si pasan es porque podes atravesarlas, y si te caes yo siempre voy a estar ahí para darte la mano y ayudarte. Siempre.
Y por favor, no digas que no me mereces, porque, primero que tampoco soy gran cosa… Y segundo que sos la persona más linda que conozco, y si algo agradezco es que la vida nos haya cruzado y enamorado, nunca se me cruzó por la cabeza el querer que eso no haya sido así, ni cuando estuvimos peleados… No pienses así, por favor.
Te amo con mi vida, y siempre voy a estar para vos.’

‘Sabes que debería ser ilegal hacer llorar a tu novia a esta hora de la madrugada cuando no te tengo cerca para abrazarte. ¿No?
Y sí amor, sos de otro mundo, nadie se bancaría por una mina todo lo que se vos te bancaste conmigo. Sos de oro, y amo que seas parte de mi vida… Eso no lo dudes… ¿Te desperté?’

‘No me digas así que me cruzó y voy a darte un abrazo eh. Soy de éste mundo, capaz la diferencia la hace lo mucho que te amo. Y no, no me despertaste… Estaba despierto, pensando en vos.’

‘Sos tan lindo mi amor… Te amo! Y ahora dormí, que aunque me puede que me digas que estabas pensando en mí tenes que dormir, te hice tener un día agitado. Gracias… Te amo. Descansa.’

‘Vos también descansa hermosa, y no agradezcas más. Te amo’

Volví a apagar el celular y me dormí, un poco más tranquila, creo.

Me desperté súper tarde, era domingo, mamá ya se había levantado temprano porque la había ido a buscar a Valen y estaba limpiando.

¿La verdad? No tenía ganas de levantarme, hacía una hora estaba despierta y sin poder levantarme, ni dejar de llorar. En silencio.
Prendí mi celular, intentando distraerme, pero no lo logré, también lo hice con la tele y hasta me puse los auriculares, con la música logré reconciliarme con la tranquilidad, al menos por un rato, hasta que el sonido de una llamada entrante me interrumpió. Era Pedro.

Paula- Hola.
Pedro- Hola amor… ¿Cómo estás? ¿Un poco mejor?
Paula- Mmm… No sé. No me pude levantar de la cama todavía.
Pedro- Eso quiere decir que tengo que ir yo. ¿No?
Paula- No sé, pero veni porque en un rato me quedo sola y no quiero.
Pedro- Lo llevo a Tomi a un cumpleaños, que ya lo tengo que llevar y voy a hacerte compañía.
Paula- Por favor.