Capítulo 50

Toda la madrugada pasó y yo estaba en el balcón, mirando el cielo, intentando encontrar al menos un poco de paz. Pero era imposible.
Suspire, respirando el aire fresco de aquella noche de verano y seque mis infinitas lágrimas con mis manos.
Mi vida está arruinada, y tengo que aceptarlo. El sol comenzó a asomar  y yo seguía ahí, recordé que en unas horas debía ir a ensayar. Cosa que claramente no haría, no tenía fuerzas para hacerlo, y menos con Pedro. Mientras menos nos veamos, mejor para él.

“Vane, perdón, pero no puedo seguir con el concurso. Valoro muchísimo que hayas pensado en mí, pero no puedo”

Cuenta Pedro

Era imposible creer que todo estaba terminando así, que una historia de amor tan linda y fuerte como la nuestra tendría este final horrible, pero por mucho amor que sienta, no puedo seguir con una mujer que no confía en mí.

Fui al ensayo con la ilusión de encontrarla allí, pero no estaba, y Vane me contó que se había bajado del concurso. Era obvio que lo hacía por mí, asique yo también me baje y le pedí a Vane que le avise, y que ella siga…

Volví al departamento y encontré una notita debajo de la puerta…

“Por favor, intenta olvidarme, sé que lo vas a poder hacer. Busca a una mujer que te haga feliz, te lo mereces más que nadie en este mundo”

Note que la notita estaba algo mojada, seguro eran sus lágrimas… 

¿No entendes que vos sos la mujer que me hace feliz Paula?

De nuevo estaba llorando, como un nene. Me duele en lo más profundo del alma todo lo que pasó, me duele porque fue la única mujer capaz de hacerme íntegramente feliz, porque fue a la única mujer a la cual ame profundamente (y siempre va a ser la única)
Pero también me duele vivir en una relación donde hay desconfianza, no es que dude de cuánto me ama, pero no quiero ni puedo seguir así.

Pasó casi un mes en el que no vi a Paula, ni supe nada de ella. Tampoco me había cruzado a su mamá, ni a Valen, eso era porque casi no salía, no tenía ganas de nada, sin ella nada tenía sentido. Me preocupaba demasiado como estaba, pero me daba vergüenza preguntar, pero no me aguante y le mande un mensaje a Eugenia.

“Hola, perdón que moleste… solo quiero saber cómo está Pau”

Lo envié y salí de casa… Estaba volviendo a la misma mierda de cuando estaba mal y no tenía que hacer, estaba yendo a un boliche, a ponerme en pedo.
Una rubia bastante entregada se me acerco y me abrazó por la espalda…

X- ¿Qué hace un chico tan lindo solo? ¿No bailas conmigo hermoso?
Pedro- Emm… bueno.

Nos acercamos a la pista y comenzamos a bailar, pero la realidad era que por más alcohol que haya tomado no podía sacar a Paula de mi mente, ni de mi corazón.
No sé cuántos temas pasaron, no estaba pendiente de eso, pero la chica, de la cual nunca supe el nombre quiso besarme.

Pedro- Para nena. ¿Qué haces? (Dije sacándola de encima mío)
X- Te quiero besar.
Pedro- Pero yo no.
X- ¿Me vas a decir que no te gustó? Mira lo que soy. Un fuego.
Pedro- Y una entregada. (Le grite y salí corriendo del boliche. Era imposible estar con otra mujer que no sea ella, y si estaba llorando mis lágrimas aumentaron cuando leí la respuesta de Euge)

“Muy mal Pedro, hace días que no come, ni toma nada… te juro que no sé qué hacer”

Volví casi corriendo a casa, me bañe y tome un café para intentar disimular lo bastante que había tomado y fui al departamento de Pau. No me importaba nada.

Cuenta Paula

No tenía fuerzas para absolutamente nada, otras veces pensé que había tocado fondo. Pero definitivamente no había sido así, hoy sí lo estaba haciendo.
Hacía seis días que no ingería ni agua, no podía, tenía el estómago cerrado, la garganta cerrada, no podía, aunque me lo propusiera. No podía. Llegue a intentar fumar para calmar la ansiedad, pero no podía, me ahogaba, me hacía mal.
Estaba en mi cama, tiritando, tapada hasta la nariz. Me sentía demasiado mal, ya no sentía mis manos, ni mis pies. Me sentía mareada todo el tiempo, sin estabilidad… Y ni hablar del dolor estomacal que ya era constante. No cesaba un solo segundo.
Mi piel estaba pálida, mi pelo se caía, mis uñas se quebraban. Mis dientes estaban raros, la garganta me dolía de tanto vomitar.
Mi cuerpo claramente reflejaba lo que me pasaba en el alma.
Era más que evidente que sin Pedro mi vida estaba desapareciendo lentamente, se me estaba desvaneciendo entre mis manos. Sola no podía, y me siento muerta en vida.


Cuenta Pedro

“Euge, estoy en la puerta. Si podes, me abrís?”

Eugenia- Hola Pepe.
Pedro- Hola Euge. ¿Puedo pasar? No quiero molestar.
Eugenia- No molestas, pasa. (Entramos y nos fuimos a la cocina) Te juro que ya no sé qué hacer Pedro. (Me dijo súper angustiada) Se está matando, ella sola.
Pedro- Me da mucha culpa. (Dije con los ojos llenos de lágrimas)
Eugenia- ¿Ella no quiso separarse?
Pedro- Si, pero porque yo me enoje porque… (Suspire) dice que me voy a cansar de ella y que la voy a dejar. Y que prefería terminar ahora, y si bien me duele que no confié en mí y en cierto punto nos separamos por decisión de los dos, aunque decisiones en caliente, no puedo pensar que ella está así y no puedo hacer nada para ayudarla.

Paula- Andate de acá Pedro. (Escuchamos que gritó desde su habitación)
Pedro- Esperame acá… (Me acerque a su habitación y abrí la puerta, pero me revoleó un almohadón) Pau, por favor… Dejame pasar.
Paula- No, andate. (Me dijo en medio de infinitas lágrimas y yo no pude resistirme, y entre)
Pedro- Mirate cómo estás.
Paula- Hecha mierda, muerta en vida. ¿Y?
Pedro- ¿Te gusta estar así? (Dije intentando controlar mis lágrimas, verla así me partía el alma, y en serio)
Paula- No, pero es cómo estoy, y tengo que aceptarlo. Aunque no sé cuánto tiempo voy a tener para hacerlo.
Pedro- Hey. ¿Por qué decís eso? (Me agache frente a ella y acaricie suavemente su pelo)
Paula- Porque me estoy muriendo, porque no siento mi cuerpo, porque ya casi no me late el corazón, porque lo siento, porque lo sé.
Pedro- ¿Y vos que queres Paula? ¿Morirte?
Paula- Ya no me importa nada. Vivir es solo para seguir sufriendo. ¿Y te confieso algo? Tome pastillas para matarme. (Me confesó en medio de una angustia que sinceramente nunca la había visto así. Me dejo helado, y lo único que hice fue abrazarla) No quiero vivir más. No tiene sentido.
Pedro- Nunca más digas eso ni lo intentes, por favor. (Bese su cabeza, y mientras la abrazaba pude sentir lo flaca que estaba, daba impresión, y me hacía mal verla así, necesitaba hacer algo por ella) Tranquila. ¿No queres descansar?
Paula- Hace días que no duermo.
Pedro- Acostate que te hago compañía hasta que duermas. Dale.
Paula- Gracias.
Pedro- Sh… (Se acostó y yo acomodé las mantas y me quede con ella, más de una hora. Acariciando su pelo hasta que por fin se durmió y salí del cuarto)

Eugenia- Se está muriendo…
Pedro- Tenemos que hacer algo. ¿Internarla?
Eugenia- Va a ser imposible convencerla.
Pedro- No, vamos a poder.

Y en ese momento escuchamos un ruido en el cuarto de Pau y cuando entramos la encontramos tirada en el suelo, se movía sin parar, ilógicamente, gritaba cosas sin sentido y le costaba respirar.
Supuse que estaba en medio de una convulsión, me habían dicho que era normal en anoréxicas. Respire hondo, intentando buscar tranquilidad y entre…

---------------

bueno, hola, hola, hola... espero que les guste el giro dramático (sí, más que antes) que le estoy dando, lo hice por muchas ideas que me tiraron ustedes..

50 capítulos, a la pelotitaaaaaa! Juro que nunca pensé que iba a subir más de diez, gracias a todos los que leen, en serio (:
http://micorazonescribiendo.blogspot.com.ar/2013/02/una-noche-magica.html subi un nuevo corto, simple y bastante clásico, pero que si tienen ganar de leer, están invitados.