Estábamos en el
aeropuerto, a punto de subir al avión...
Una vez que tuviese ambos pies sobre el avión le diría 'chau' a todo lo malo.
Los problemas se quedarían en Buenos Aires. Abajo del avión.
Pedro- (Tomo mi mano, ambos estábamos sentados en
el avión. Esperando a despegar) Me da un poco de miedo esto.
Paula- A mí también. (Reímos)
Pedro- De última estamos juntos. (Volvimos a reír y bostecé) ¿Tenes sueño?
Paula- Bastante...
Pedro- Dormí un rato, el viaje es largo…
Paula- Dormí vos también…
Pedro- Aunque, esperemos a que nos traigan el desayuno. (Reímos)
El viaje transcurrió, más de 10 horas… Necesitaba llegar de una vez.
Bajamos en el aeropuerto y después de buscar nuestras valijas caminamos hasta encontrar un taxi, después de algunas dificultades por el idioma, algo graciosas, llegamos al departamento donde nos alojaríamos esa semana.
Paula- Es hermoso esto Pepe… (Dije saliendo al balcón y él me abrazo por la espalda)
Pedro- La verdad que sí… Pero es más hermoso estar acá con vos.
Paula- Sos muy tierno. (Bese su mejilla)
Pedro- ¿No queres salir un rato a caminar?
Paula- Mmm… No sé, acá todo se muere a las seis de la tarde, y ya casi son. ¿No es mejor ir mañana? Y ahora, emm…. Meternos en la cama tapándonos hasta la nariz, hace mucho frío.
Pedro- Me gusta mucho la idea, sobre todo si el combo incluye mimos. (Sonreímos) Pero ¿La cena?
Paula- Buena pregunta… Vamos a comprar algo ahora y lo cocinamos cuando queramos, no voy a cenar a las seis de la tarde, no da. (Reímos)
Pedro- La verdad que no. (Volvimos a reír) Mira, eso parece un almacén o algo parecido. (Dijo señalado un negocio que se veía allí abajo) ¿Vamos?
Paula- Dale.
Terminamos comprando un paquete de fideos, con una salsa, nada demasiado elaborado para esa noche, estábamos algo cansados por el viaje… Y además, algo de comida para esa semana.
Volvimos, dejamos las cosas en la cocina y nos pusimos el pijama, ya no saldríamos y hacía mucho frío. Pepe después de luchar bastante logró prender la estufa y armamos la cama, con todas las frazadas que encontramos en el departamento.
Eran casi las siete y se estaba levantando una tormenta de ¿Nieve?
Paula- Amor, en breve muto a cubito.
Pedro- (Largo una carcajada) ¿No serás un poco exagerada mi amor?
Paula- No. Tengo mucho frío, en serio. (Dije calentando mis manos en la estufa y él me abrazo por la espalda)
Pedro- Veni, vamos a la cama.
Paula- Olvidate que después me levante a cocinar. (Dije riendo) Además me siento un poco mal, el frío me hace doler la cabeza, la panza.
Pedro- Entonces abrígate Pau.
Paula- Tengo dos remeras, un buzo y otro arriba Pepe. (Dije riendo y él también rio) Soy muy friolenta.
Pedro- (Me abrazo más fuerte) Veni, vamos… Después cocino yo.
Paula- ¿En serio?
Pedro- Sí, dale. Tenes una carita que no me gusta nada. Estás muy pálida.
Paula- Sos muy tierno. ¿Tan mal estoy?
Pedro- Mmm… Muy pálida. Solo eso. Veni… (Me acompaño hasta la cama y yo me acosté, él me tapo y toco mi frente) ¿No tendrás fiebre mi amor?
Paula- No sé… ¿No me traes un ibuprofeno? Yo traje.
Pedro- ¿En dónde están?
Paula- En el bolsito de flores, que deje en el baño.
Pedro- Ahí te traigo… (Fue a buscarlo y me trajo la pastilla con un vaso de agua)
Paula- Gracias. (Tome la pastilla y volví a taparme)
Pedro- (Dio la vuelta y se acostó del otro lado de la cama) Mira, está por nevar… (Dijo abrazándome contra su pecho. La cama estaba frente a un gran ventanal)
Paula- Me da más frío, pero me encanta… (Me acurruque aún más en su pecho y me tape mejor)
Pedro- Estás congelada en serio mi amor. (Dijo acariciando mi espalda)
Paula- Ya sé Pepe. ¿Cuántos grados hará?
Pedro- A ver… (Prendió la tele) Diez bajo cero.
Paula- Ai. ¡Por Dios! (Cerré mis ojos y al rato empecé a tiritar)
Pedro- Amor. ¿Te sentís bien?
Paula- No, me siento mal. Tengo mucho frío, y ahora sí siento que tengo un poco de fiebre.
Pedro- ¿Queres un té?
Paula- Mmm… Bueno.
Cuando se levantó de la cama sentí aún más frío, pero por suerte, rápidamente volvió con el té.
Paula- Gracias mi amor. (Me senté y agarre la taza) ¿De dónde sacaste té?
Pedro- (Se sentó a mi lado) Los traje. (Sonreí y tome un poco, momento en el cual la nieve comenzó a caer, dejando todo blanco, los techos, las copas de los árboles, las luces…)
Paula- Qué lindo, me siento en una peli de navidad. (Reí y tome otro poco de té, para dejarlo arriba de la mesita de luz y volver a acurrucarme en él) Iría a jugar debajo de la nieve, soy una nena.
Pedro- (Rio) Cuando no estés así de pachuchita, vamos.
Paula- ¿En serio?
Pedro- Sí, dale amor. Nadie nos conoce acá… Va a ser divertido. (Dijo haciéndome cosquillas y yo empecé a reír)
Paula- Amor, amor. Me siento mal. (Dije tratando de sacarlo de encima de mí y él paró, yo me acomodé sobre él y cerré mis ojos) Por hacerme cosquillas ahora quiero mimitos en el pelo hasta que me quede dormida. (Dije haciéndome la enojada y él rio)
Pedro- Sos muy linda… (Beso mi frente y comenzó a acariciar mi pelo)
Paula- Vos sos muy lindo. (Suspire) Te amo.
Pedro- Te amo. (Bese su pecho y me quede dormida en sus brazos)
Más tarde, me desperté porque él besaba mi cara.
Pedro- Está la comida amor… (Corrió el pelo de mi cara) ¿Queres? ¿Te sentís mejor?
Paula- (Sonreí) Creo que sí. (Abrí mis ojos y nos besamos) Voy al baño y comemos.
Me dio la mano para ayudarme a levantarme de la cama y me fui al baño. Me lave la cara y al menos ya no estaba tan pálida como antes, me sentía bastante mejor.
Paula- Sigo siendo un osito, pero ya me siento mejor.
Pedro- (Sonrió) Me alegro. Veni, sentate. (Me senté en la mesa, frente a él y cenamos)
Paula- ¿A qué hora tenes que ir mañana?
Pedro- A las siete salgo de acá, y vuelvo a las dos, creo. Podes dormir hasta tarde y después salimos a algún lado. ¿Queres?
Paula- Bueno, dale. (Sonreí)
Esa noche nos dormimos súper temprano, ya que el viaje nos había cansado, y a eso sumarle lo poco que habíamos dormido la noche anterior.
Al día siguiente, me desperté pasado el mediodía y después de desayunar, me fui a bañar, no sabía que ponerme, hacía demasiado frío, pero si íbamos a salir quería estar bien.
Un jean, con las botas de piel. Una remera básica verde, manga larga, con un sweater de lana negro arriba, y después, claramente, la campera.
Me seque el pelo, haciéndome una media colita y me maquille.
Pocas veces me arreglo así, pero dije que este viaje quería disfrutarlo, y ponerme linda para él es algo que me gusta hacer, y mucho.
‘Amor, venís a almorzar?’
‘Sí Pau, en un ratito ya estoy por ahí’
Pensé que habíamos comprado ayer… ¿Qué podía cocinar? Mmm…
Pollo… ¿Con?... A la española. Hacía mucho que no lo preparaba, dos y cuarto lo metí en el horno y puse música para esperarlo a Pepe.
Ya eran las tres, y él no había llegado… Tuve que sacar el pollo del horno, si no, se quemaría.
‘Gordo, te falta mucho?’
‘Perdón amor, pero no creo que llegue hasta las seis’
Mejor no le respondería, porque lo iba a matar a puteadas. Me saque el sweater con bronca y me deje caer en la cama. Una vez que me proponía disfrutar, no me salía. No podía.
De la bronca comencé a llorar, y así estuve, un largo rato. Abrazando con fuerza un almohadón, estaba a punto de hacer una locura. Pero no Paula, no vas hacer nada.
Paula- A mí también. (Reímos)
Pedro- De última estamos juntos. (Volvimos a reír y bostecé) ¿Tenes sueño?
Paula- Bastante...
Pedro- Dormí un rato, el viaje es largo…
Paula- Dormí vos también…
Pedro- Aunque, esperemos a que nos traigan el desayuno. (Reímos)
El viaje transcurrió, más de 10 horas… Necesitaba llegar de una vez.
Bajamos en el aeropuerto y después de buscar nuestras valijas caminamos hasta encontrar un taxi, después de algunas dificultades por el idioma, algo graciosas, llegamos al departamento donde nos alojaríamos esa semana.
Paula- Es hermoso esto Pepe… (Dije saliendo al balcón y él me abrazo por la espalda)
Pedro- La verdad que sí… Pero es más hermoso estar acá con vos.
Paula- Sos muy tierno. (Bese su mejilla)
Pedro- ¿No queres salir un rato a caminar?
Paula- Mmm… No sé, acá todo se muere a las seis de la tarde, y ya casi son. ¿No es mejor ir mañana? Y ahora, emm…. Meternos en la cama tapándonos hasta la nariz, hace mucho frío.
Pedro- Me gusta mucho la idea, sobre todo si el combo incluye mimos. (Sonreímos) Pero ¿La cena?
Paula- Buena pregunta… Vamos a comprar algo ahora y lo cocinamos cuando queramos, no voy a cenar a las seis de la tarde, no da. (Reímos)
Pedro- La verdad que no. (Volvimos a reír) Mira, eso parece un almacén o algo parecido. (Dijo señalado un negocio que se veía allí abajo) ¿Vamos?
Paula- Dale.
Terminamos comprando un paquete de fideos, con una salsa, nada demasiado elaborado para esa noche, estábamos algo cansados por el viaje… Y además, algo de comida para esa semana.
Volvimos, dejamos las cosas en la cocina y nos pusimos el pijama, ya no saldríamos y hacía mucho frío. Pepe después de luchar bastante logró prender la estufa y armamos la cama, con todas las frazadas que encontramos en el departamento.
Eran casi las siete y se estaba levantando una tormenta de ¿Nieve?
Paula- Amor, en breve muto a cubito.
Pedro- (Largo una carcajada) ¿No serás un poco exagerada mi amor?
Paula- No. Tengo mucho frío, en serio. (Dije calentando mis manos en la estufa y él me abrazo por la espalda)
Pedro- Veni, vamos a la cama.
Paula- Olvidate que después me levante a cocinar. (Dije riendo) Además me siento un poco mal, el frío me hace doler la cabeza, la panza.
Pedro- Entonces abrígate Pau.
Paula- Tengo dos remeras, un buzo y otro arriba Pepe. (Dije riendo y él también rio) Soy muy friolenta.
Pedro- (Me abrazo más fuerte) Veni, vamos… Después cocino yo.
Paula- ¿En serio?
Pedro- Sí, dale. Tenes una carita que no me gusta nada. Estás muy pálida.
Paula- Sos muy tierno. ¿Tan mal estoy?
Pedro- Mmm… Muy pálida. Solo eso. Veni… (Me acompaño hasta la cama y yo me acosté, él me tapo y toco mi frente) ¿No tendrás fiebre mi amor?
Paula- No sé… ¿No me traes un ibuprofeno? Yo traje.
Pedro- ¿En dónde están?
Paula- En el bolsito de flores, que deje en el baño.
Pedro- Ahí te traigo… (Fue a buscarlo y me trajo la pastilla con un vaso de agua)
Paula- Gracias. (Tome la pastilla y volví a taparme)
Pedro- (Dio la vuelta y se acostó del otro lado de la cama) Mira, está por nevar… (Dijo abrazándome contra su pecho. La cama estaba frente a un gran ventanal)
Paula- Me da más frío, pero me encanta… (Me acurruque aún más en su pecho y me tape mejor)
Pedro- Estás congelada en serio mi amor. (Dijo acariciando mi espalda)
Paula- Ya sé Pepe. ¿Cuántos grados hará?
Pedro- A ver… (Prendió la tele) Diez bajo cero.
Paula- Ai. ¡Por Dios! (Cerré mis ojos y al rato empecé a tiritar)
Pedro- Amor. ¿Te sentís bien?
Paula- No, me siento mal. Tengo mucho frío, y ahora sí siento que tengo un poco de fiebre.
Pedro- ¿Queres un té?
Paula- Mmm… Bueno.
Cuando se levantó de la cama sentí aún más frío, pero por suerte, rápidamente volvió con el té.
Paula- Gracias mi amor. (Me senté y agarre la taza) ¿De dónde sacaste té?
Pedro- (Se sentó a mi lado) Los traje. (Sonreí y tome un poco, momento en el cual la nieve comenzó a caer, dejando todo blanco, los techos, las copas de los árboles, las luces…)
Paula- Qué lindo, me siento en una peli de navidad. (Reí y tome otro poco de té, para dejarlo arriba de la mesita de luz y volver a acurrucarme en él) Iría a jugar debajo de la nieve, soy una nena.
Pedro- (Rio) Cuando no estés así de pachuchita, vamos.
Paula- ¿En serio?
Pedro- Sí, dale amor. Nadie nos conoce acá… Va a ser divertido. (Dijo haciéndome cosquillas y yo empecé a reír)
Paula- Amor, amor. Me siento mal. (Dije tratando de sacarlo de encima de mí y él paró, yo me acomodé sobre él y cerré mis ojos) Por hacerme cosquillas ahora quiero mimitos en el pelo hasta que me quede dormida. (Dije haciéndome la enojada y él rio)
Pedro- Sos muy linda… (Beso mi frente y comenzó a acariciar mi pelo)
Paula- Vos sos muy lindo. (Suspire) Te amo.
Pedro- Te amo. (Bese su pecho y me quede dormida en sus brazos)
Más tarde, me desperté porque él besaba mi cara.
Pedro- Está la comida amor… (Corrió el pelo de mi cara) ¿Queres? ¿Te sentís mejor?
Paula- (Sonreí) Creo que sí. (Abrí mis ojos y nos besamos) Voy al baño y comemos.
Me dio la mano para ayudarme a levantarme de la cama y me fui al baño. Me lave la cara y al menos ya no estaba tan pálida como antes, me sentía bastante mejor.
Paula- Sigo siendo un osito, pero ya me siento mejor.
Pedro- (Sonrió) Me alegro. Veni, sentate. (Me senté en la mesa, frente a él y cenamos)
Paula- ¿A qué hora tenes que ir mañana?
Pedro- A las siete salgo de acá, y vuelvo a las dos, creo. Podes dormir hasta tarde y después salimos a algún lado. ¿Queres?
Paula- Bueno, dale. (Sonreí)
Esa noche nos dormimos súper temprano, ya que el viaje nos había cansado, y a eso sumarle lo poco que habíamos dormido la noche anterior.
Al día siguiente, me desperté pasado el mediodía y después de desayunar, me fui a bañar, no sabía que ponerme, hacía demasiado frío, pero si íbamos a salir quería estar bien.
Un jean, con las botas de piel. Una remera básica verde, manga larga, con un sweater de lana negro arriba, y después, claramente, la campera.
Me seque el pelo, haciéndome una media colita y me maquille.
Pocas veces me arreglo así, pero dije que este viaje quería disfrutarlo, y ponerme linda para él es algo que me gusta hacer, y mucho.
‘Amor, venís a almorzar?’
‘Sí Pau, en un ratito ya estoy por ahí’
Pensé que habíamos comprado ayer… ¿Qué podía cocinar? Mmm…
Pollo… ¿Con?... A la española. Hacía mucho que no lo preparaba, dos y cuarto lo metí en el horno y puse música para esperarlo a Pepe.
Ya eran las tres, y él no había llegado… Tuve que sacar el pollo del horno, si no, se quemaría.
‘Gordo, te falta mucho?’
‘Perdón amor, pero no creo que llegue hasta las seis’
Mejor no le respondería, porque lo iba a matar a puteadas. Me saque el sweater con bronca y me deje caer en la cama. Una vez que me proponía disfrutar, no me salía. No podía.
De la bronca comencé a llorar, y así estuve, un largo rato. Abrazando con fuerza un almohadón, estaba a punto de hacer una locura. Pero no Paula, no vas hacer nada.