Capítulo 9

Paula- (Rodee su cuello con mis brazos y nuestras frentes volvieron a chocarse) Perdón…
Pedro- Te amo Pau.
Paula- (Sonreí) Te amo Pepe. (Y de a poco comenzamos a acortar la distancia que separaba nuestros labios, rosándolos al principio y por fin, después de tantos años, unirlos en uno de esos besos que dejaban mi mundo patas para arriba, esos besos que me hacían sentir bien, que me hacían sentir viva. Pedro se separó un poco de mí, para poder respirar y ninguno de los dos podía hablar, solo sonreíamos y nos abrazamos, por un largo rato, el acariciaba mi pelo y yo su nuca)
Pedro- No quiero que nos separemos nunca más.
Paula- (Sonreí) Estamos un poco lejos me parece... (Dije intentando sonar divertida)
Pedro- Me vengo para acá…
Paula- (Reí) Es una locura, te lo digo porque la experimente. (Nos separamos y él secó mis lágrimas)
Pedro- Por vos hago cualquier locura.
Paula- (Sonreí) Primero perdóname, si podes, si queres… Y después vemos si nosotros seguimos existiendo.
Pedro- ¿Te parece que no sigue existiendo un nosotros? Yo sé que ese beso te dio vuelta al mundo como a mí… (Sonreí)
Paula- Pero no podría soportar ilusionarme, o que nos ilusionemos y que después todo quede en este fin de semana. Sería seguir lastimándonos, y creo que es lo que menos necesitamos.
Pedro- (Me beso) Deja de hablar, por favor. (Reímos) Disfruta el ahora. ¿Sabes que eso es algo que aprendí después de que te fuiste? El día que tocamos el futuro se desencadenó todo lo que pasó, hay que pensar en el hoy, y el mañana, Dios dirá.
Paula- (Sonreí) Pero ahora no existimos solo nosotros dos. Tenes un hijo…
Pedro- Lo sé, pero no es un impedimento para nada.
Paula- No lo dije con esa intención, lo dije por la distancia.
Pedro- Eso no me importa ahora, ahora no existe distancia entre nosotros. ¿O sí?
Paula- Física no… Sentimental, no sé. No sé qué sentís vos.
Pedro- ¿Qué siento? La necesidad de sentirte otra vez. (Sonreí) No sabes lo que extrañaba hacerte sonreír. (Y yo volví a hacerlo) Te juro que intente amar a otras mujeres, pero nunca pude, nunca logre que me conecte algo como lo que nos conecta a nosotros, nunca logre sentir algo así, tan fuerte y profundo por otra mujer que no seas vos. Y creo, sin temor a equivocarme, que nunca ame a otra mujer.
Paula- Yo tampoco pude, fue imposible, y mira que Zai me llevo a conocer pibes eh, pero nunca encontré a nadie como vos, me confirme de que no existe alguien como vos. (Nos sonreímos) Hablando de Zai… ¿Te conté que tuvo un hijo?
Pedro- ¿De verdad?
Paula- Sí, Santino. De un año y medio, es mi ahijado.
Pedro- Nuestras vidas cambiaron bastante… Crecimos, maduramos. Lo noto en cada cosa que decimos o hacemos.
Paula- Así parece. ¿No? Pero creo que hubo algo que no cambió…
Pedro- ¿Qué cosa?
Paula- El lazo que nos une. (Sonreímos y volvimos a besarnos, creo que ya no me importaba más nada, solo sentirlo)

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Mi cabeza y mi corazón se encontraban en una contradicción enorme. Mi corazón la ama como siempre, pero mi cabeza es consciente de lo mucho que sufrí por su culpa… Se contradicen, y no sé a quién hacerle caso. ¿Quién tiene razón? ¿El sentimiento o la razón? ¿A quién escucho?

Creo que por un momento ganó el corazón, porque la bese, nos besamos. (Sinceramente no recordaba lo hermoso que era sentirla, no lo recordaba tan fuerte como lo es) Pero… ¿Qué hago? ¿La sigo o no? Porque, la realidad, es que muero por volver a hacer el amor con ella. Con volver a sentirnos de verdad. Pero existe otra realidad. ¿Qué va a pasar después de esto?

Pau preparaba unos cafés y yo fui a mi habitación, a buscar mi celular y a hablar con Tomi, cuando me di cuenta que Pau estaba en la puerta, con las dos tazas y sonriendo, le hice señas de que pase y así lo hizo, dejando las tazas en la mesa de luz y sentándose a mi lado.

Paula- Te imagino un papá demasiado dulce…
Pedro- (Sonreí) Puede ser… La verdad es que lo extraño muchísimo.
Paula- (Sonrió) Ese nene tiene que estar agradecido de tener un papá como vos.
Pedro- ¿Vos decís? No le puedo dar una mamá.
Paula- Eso no es culpa tuya Pepe. Vos no elegiste a su mamá, ninguno de los dos era consciente de lo que hacía ese día.
Pedro- Ella no sé, yo juro que no.
Paula- ¿Entonces? No te eches la culpa.
Pedro- Me cuesta…
Paula- (Poso su mano sobre la mía) Yo estoy segura de que él te ama, y de que está orgulloso del papá que tiene.
Pedro- Eso es lo que me gusta creer. O lo que me gustaría.
Paula- Creelo, estoy segura de que es así.
Pedro- (Sonrió) Gracias.
Paula- Nada que agradecer, es lo que siento.

Me dio una taza y ella agarró la otra, y con el café de por medio, la charla comenzó a distenderse, hasta que un rato más tarde, ambos estábamos acostados en la cama, boca arriba. Charlando.

Pedro- ¿Se te hizo muy difícil terminar de salir de tu enfermedad? Perdón que pregunté de nuevo, pero…
Paula- No pidas perdón, es entendible que lo hagas, fuiste quien más me ayudo y quien más estuvó conmigo… (Suspiro) ¿La verdad? Alejarme, en cierto punto, me hizo bien, el cambiar de lugar, de casa, de vida. Pero fue difícil, al principio mamá, Zai y Valen, así de chiquita como era, estaban muy pendientes de mí, porque sinceramente vine deprimida acá, pero el día que supe que tenías un hijo fue un baldazo de agua fría, y esa fue la última vez que vomité… ¿Después? Sí que fue complicado, bastante, pero las tres y Cami, a la distancia, estuvieron mucho conmigo, me ayudaron… Pero sobre todo, Valen, y lo sigue haciendo el día de hoy, no te das una idea de cómo me cuida, y debería ser al revés.
Pedro- No me hagas creer que no la cuidas, porque no te creo… (Reímos)
Paula- Soy bastante cuida, lo sé… (Volvimos a reír) El fantasma de la enfermedad convive conmigo, todos los días, pero creo que aprendí a enfrentarlo.
Pedro- (Sonrió) No sabes lo que soñaba con el día en que me lo digas. (Nos miramos y sonreímos)
Paula- Gracias por todo lo que hiciste por mí, te lo agradecí mil veces, pero hoy que lo veo todo desde otro punto de vista te lo agradezco y mucho más que antes. Te bancaste todas, hasta que me haya querido matar…
Pedro- Ese día te juro que no sabía qué hacer, me acuerdo de la sensación que tenía, la necesidad de hacer algo por vos y no sabes qué.
Paula- Creeme que hiciste más de lo que pensas. (Acarició mi mejilla y se acostó de costado, mirándome) De verdad. Gracias.
Pedro- (Imite su posición) Lo hice porque te amaba, y lo haría mil veces más si es necesario.
Paula- Sos de oro mi amor.
Pedro- (Sonreí, extrañaba y amaba tanto que me diga así) Como extrañaba que me digas así…
Paula- ¿Cómo? ¿Mi amor? (Sonreímos y nos acercamos, para volver a besarnos y que ya comience a importarnos poco todo) Pepe…
Pedro- (Pose mi dedo índice en  sus labios) Por favor, no digas nada. ¿Cuánto tiempo esperamos este momento? Disfrutemoslo, por favor.
Paula- Solo iba a decirte que te amo… (Sonrió)
Pedro- (Sonreí) Yo también te amo. (Y acortamos los pocos centímetros que nos separaban, para unir nuestras bocas en un beso que fue una mezcla de amor y pasión. La tome por la cintura e hice que ella quede sobre mí, deslizando mis manos por debajo de su remera, recorriendo su espalda)
Paula- (Se separó un poco de mí y beso mi nariz) Ya me había auto convencido de que este momento nunca iba a llegar.
Pedro- Esto es una prueba más de que nuestro amor es más fuerte que todo. (Sonreímos y volvimos a besarnos) Te amo.
Paula- Te amo.                

Y volvimos a ser uno. A amarnos, a entregarnos. Después de tanto tiempo, volvimos a sentirnos, a ser solo nosotros dos y que nada ni nadie más nos importe.     

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Nunca creí que íbamos a volver a estar así, abrazados, yo sobre su pecho desnudo y él jugando con mi pelo, con mis dedos (Como ocurría cada vez que hacíamos el amor)
Después de muchísimo tiempo volví a sentir paz, felicidad. Volví a sentirme bien. Volver a sentir cuanto me amaba me hacía bien al alma… Aunque una duda no podía salir de mi mente. ¿Me había perdonado? ¿Qué ocurriría después de esto?                                                                                             

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Buen, creo que era lo que todos estaban esperando, no?