Capítulo 7

Estar acá, con él, era demasiado loco, extraño, y lindo. (Sí, todo eso a la vez) Aunque el adjetivo extraño era el más calificativo para la situación, porque así me sentía rara, no sabía qué hacer, que decir, ni cómo reaccionar. Lo que sí sabía era como quería reaccionar, pero era muy de cara dura hacerlo, y lo que menos quiero es seguir lastimándolo.

De todas las posibilidades de encuentros que había imaginado, ésta era la más alejada de todas esas, porque nunca creí que iba a sentir todo esto. Amor, angustia, felicidad, ilusión, miedo, ganas de abrazarlo, de besarlo, de pedirle perdón, de llorar en sus brazos. De hacer el amor con él. (Ganas, necesidad. Solo era eso, porque era casi imposible que ocurra)

‘Pensas volver nena?’

‘Valentina! Dónde quedó la nena dulce que eras? Pienso volver, cuando es tema mío’

‘Jajajaja! Mientras estés bien, cuando quieras Pau. Eso sí, te espero despierta, necesito saber todo. (Si es que volves antes de mañana)’

‘Sos tremenda!’
No sé qué onda, pero a la esquina no había ido… Estaba tardando demasiado y yo creo que me quede dormida.

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Situaciones raras y estar en España, con Paula. Con Paula en mi departamento y yo yendo a comprar comida para cenar… ¿Cuándo pasó esto? Tanto lo había imaginado y deseado que nunca creí que iba a pasar en serio.

Después de comprar empanadas volví al departamento y cuando llegue note que estaba dormida en la cama, suspire y deje las empanadas en la cocina.

No me resistía a acostarme a su lado y abrazarla, pero no… Era demasiado, ella dormía y yo… y yo que no sé ni cómo me siento.

Me apoye contra el umbral de la puerta, observándola, quién sabe durante tanto tiempo. ¿Por qué la vida volvió a cruzarnos? ¿Qué se supone que tenemos que hacer con lo que nos pasa? ¿Cómo tendremos que actuar? Porque, claro está, que yo ya la hubiese besado, y hasta incluso, perdonado. (O eso creo) Yo sé que ella es mi felicidad, a pesar de todo.

Paso un largo rato, hasta sin querer se cayó mi celular y ella se despertó, o al menos se movió.

Pedro- (Me acerque a ella) Perdón, seguí durmiendo. (Acaricie su pelo, sonriendo al volver a hacerlo)
Paula- Es cualquiera que esté durmiendo acá Pedro.
Pedro- Puede ser que lo sea, pero tranquila. Podes dormir si queres.
Paula- Mañana tengo que volver al seminario.
Pedro- Mañana vamos juntos, tenes tus cosas acá. Yo me voy a dormir al living y listo.
Paula- ¿Estás seguro? ¿No molesto?
Pedro- ¿Vos me estás preguntando en serio? Descansa, de verdad. (Volví a acariciar su pelo y ella sonrió) Permiso… (Y me acerque suavemente a besar su mejilla)
Paula- Gracias por estar acá Pepe.
Pedro- Es un placer, creeme.
Paula- Hasta mañana.
Pedro- Hasta mañana Pau. (Busque una manta y la tape)
Paula- Gracias.
Pedro- De nada…

Sinceramente no sabía qué carajo estaba haciendo, pero es innegable que a pesar de todo lo que sufrimos y de todo el dolor que existió y que existe, nuestro amor sigue intacto.

¿Qué hago con vos Paula? ¿Qué hago? ¿Qué hago conmigo? ¿Qué hago con ésta situación? ¿Qué haces durmiendo en mi cama? (Aunque no pueda negar que me encanta que lo hagas, amo verte dormir)

Solo existían interrogantes, y ninguna pero ninguna respuesta.

Me fui a acostar al sillón del comedor, y me tape con una manta que me había llevado. Entre la incomodidad, las dudas que se multiplicaban con el paso de los segundos y la tormenta creo que dormir en aquella noche se había convertido en una completa utopía.

Después de levantarme a tomar un poco de agua, termine de nuevo en el cuarto, inconscientemente, o eso me hacía creer para no seguir llenándome de preguntas.
Volví a pararme contra el umbral de la puerta, simplemente a observarla. Verla dormir me daba la misma paz que antes… Sentía lo mismo que años atrás, pero reconfirmado, porque si el amor que le tengo no murió después de todo lo que pasó, no va a morir nunca.

Un trueno y relámpago casi al unísono hicieron que ella se despierte y me sonrió…

Pedro- Perdón, pero sabes que me puede verte dormir.
Paula- Me intimidas un poco… (Dijo sentándose, sonrojada) ¿Qué hora es?
Pedro- Mmm… (Mire mi reloj) Las cuatro.
Paula- (Se levantó) Me voy a mi casa.
Pedro- Llueve demasiado Paula, y es muy tarde.
Paula- No importa. Me quiero bañar, y dormir un rato antes de ir al seminario de nuevo.
Pedro- Espera a que pare.
Paula- Me voy a ahora Pepe, estar durmiendo acá me parece cualquiera, y en serio. (Agarró su bolso) ¿Nos vemos en el seminario?
Pedro- Supongo…
Paula- Dale, anda… Viniste para eso.
Pedro- Ponele. (Sonreímos)
Paula- (Lo salude) Hasta dentro de un rato…
Pedro- Nos vemos.

La verdad que llovía demasiado, pero necesitaba volver a casa, y cuando llegue Valen me estaba esperando en el living.

Valen- Al fin querida…
Paula- (Reí) Eso lo debería decir yo cuando volves vos tarde…
Valen- Hoy lo digo yo… ¿Qué pasó? Contame.
Paula- Quiero bañarme y dormir un rato Valen.
Valen- Eso es crueldad. ¿Lo sabes, no?
Paula- Puede ser… Anda a dormir, te prometo que mañana te cuento todo.
Valen- Mañana vas a desaparecer de nuevo todo el día con él…
Paula- ¿Y si desaparezco qué?
Valen- (Rio) Al menos decime si se dieron un beso, o algo…
Paula- No…  Nada. (Respondí y la empecé a ‘empujar’ a su habitación) Descansa, dale. Y no me hagas caprichito que estoy empapada y muerta de frío, me quiero ir a bañar.
Valen- Así no vale. Yo siempre te cuento todo.
Paula- Te voy a contar, pero no ahora. Y no se discute más, descansa. (La salude, mientras ella hacía puchero, reí y me fui a bañar)

Me bañe y sinceramente, a pesar de la revolución de sentimientos y pensamientos que tenía, me dormí ni bien apoye la cabeza en la almohada. Aunque solo cuatro horas…

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Creo que yéndose me hizo una especie de favor, porque no sé cuánto tiempo más iba a aguantar sin acostarme a su lado y abrazarla. Realmente era algo que necesitaba… Eso siempre me había hecho bien, me sanaba, por dentro, y aunque todo este dolor había sido causado por ella, quizás también pueda sanarlo ella. O eso quiero creer…

¿Cómo perdonarla? Porque sin dudas era lo que quería y necesitaba hacer. Sufrí demasiado, y no sé por qué uso el verbo en pasado si hoy también sigo sufriendo las consecuencias de sus actos, pero si no la perdono, también seguiría sufriendo… ¿Y si la perdono? ¿Qué pasaría? ¿Yo volvería a Argentina y ella se quedaría acá? ¿Si la perdono volveremos a estar juntos?

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Que se terminen los feriados por el bien de mis escrituras guardadas (? Ya que me hacen subir doblete, comenten, aunque es un capítulo medio tonto..