martes, 23 de abril de 2013

Capítulo 30

Pedro- Me duele escucharte así.
Paula- A mí estar así, y cargarte con todo esto a vos.
Pedro- Deja de preocuparte por mí, porque así es como vos te dejas como último orejón del tarro y seguís estando así.
Paula- (Suspiré) Te juro que no sé qué hacer… Tuve todo esto guardado mucho tiempo, el extrañarte era la excusa para estar mal, pero a lo demasiado que te extrañaba se le sumaba todo esto. Tengo muchas cosas acumuladas que, como siempre, recaen en vos.
Pedro- ¿Sabes que en cierto modo me gusta que recaigan en mí? Porque eso quiere decir que te doy la confianza y la contención suficiente, si no, no lo harías.
Paula- ¿Por qué siempre sos capaz de rescatar algo lindo de todo?
Pedro- Mmm… No sé. (Rio) Cuando vos quieras, sientas y estés preparada, vamos a un médico, médica o lo que quieras…
Paula- Te amo. (Dije y hundí mi cara en su cuello)
Pedro- Te amo Pau. (Besó mi frente y me abrazó más fuerte) Mucho.

-

Un rato más tarde, Tomi se había despertado y cuando salió de bañarse, preguntó.

Tomás- Pa… ¿Qué le pasa a Pau?
Pedro- Está un poco triste…
Tomás- ¿Por qué?
Pedro- Son cosas de grandes Tomi.
Tomás- Pero quiero saber… ¿No le gusta que estemos acá? (Preguntó algo desilusionado)
Pedro- No enano, no es eso. Te lo aseguro.
Tomás- ¿Y entonces que es?
Pedro- A ver… (Dije sentándolo sobre mis piernas) Cuando Pau y yo nos conocimos ella estaba enferma, de algo que es difícil de explicarte, pero eso que ella tuvo, hoy en día, todavía, le hace un poquito mal… Y por eso está así.
Tomás- Pero… ¿Sigue enferma?
Pedro- No, ella ya está bien. Solo que un poquito triste.
Tomás- Ah…
Pedro- ¿Y sabes que podes hacer ahora?
Tomás- ¿Qué?
Pedro- Ir a buscarla al cuarto, que debe estar acostada, darle un abrazo y llenarla de mimos. (Él solo sonrió y corrió a buscarla)

-

Tomás- Pau… (Escuché que dijo desde la puerta, escuché porque estaba a oscuras) ¿Puedo pasar?
Paula- Sí, pasa lindo. (Dije intentando disimular mis lágrimas) ¿Qué pasa? (Pregunté y él prendió la luz del velador, para sentarse a mi lado)
Tomás- Que no me gusta que estés triste…
Paula- (Sonreí) ¿Me das un abrazo bombón? (Él no dijo nada y se acostó sobre mí, abrazándome)
Tomás- Yo estoy feliz de estar acá con vos… ¿Vos no?
Paula- No mi amor, no es eso…
Tomás- Papá me dijo que estuviste enferma, antes… Y que ahora estás triste por eso.
Paula- Sí, algo así… (Dije un poco aliviada, no sabía cómo explicárselo)
Tomás- Pero si ya estás curada, no tenes que estar triste Pau.
Paula- (Mordí mi labio muerta de amor) Las cosas cuando creces suelen ser un poco más complicadas.
Tomás- ¿Por qué? ¿No pueden hacer todo fácil como nosotros, los nenes?
Paula- Ojala pudiéramos enano, ojala… (Lo abracé más fuerte)
Tomás- Yo te quiero mucho Pau, y me encanta que seas la novia de papá, que nos hayamos venido a vivir acá, y que estemos los tres juntos.
Paula- Te quiero mucho Tomi. Mucho.
Tomás- Y quiero que seas mi mamá, y la mamá de un hermanito, o de una hermanita… (Sonreí, intentando disimular mis lágrimas, y en ese momento Pepe entró al cuarto, quien estaba observándonos hacía un rato)
Pedro- Uia, me parece que me están invadiendo el terreno. (Dijo y él y yo reímos)
Paula- Veni que te hacemos un lugarcito.
Tomás- La podemos compartir. (Dijo y largué una carcajada)
Paula- ¿Qué sería yo entonces? ¿Un juguete que comparten?
Pedro- (Rio) No, sos la mujer más importante de nuestras vidas. (Dijo ya acostado a mi lado y yo sonreí) Somos una famila, rara, atípica, golpeada y recién arrancando… Pero una familia.
Paula- (Giré mi cabeza, solo un poco, para poder depositar un beso en su nariz) Los amo, a los dos. Y me hace muy bien saber que ahora tengo un lugar en su familia.
Pedro- Un lugar fundamental en nuestra familia. (Sonreí)
Tomás- Sos la que nos cuida, papá hacía un lío cocinando, lavando y esas cosas… (Reímos) Por eso, vos nos cuidas.
Paula- Toda la vida hermoso. (Besé su frente y Pedro apagó la luz)
Pedro- ¿Podemos dormir una siesta los tres juntos?
Paula- Por favor, que no dormí nada.

Nos dormimos los tres abrazados, y en medio de mimos. Me desperté con el sonido de mi celular, lo agarré y salí con cuidado del cuarto para no despertar a nadie.

Paula- Hola…
Valen- Pau. ¿Podes venir? Por favor. (Escuché que dijo en medio de lágrimas)
Paula- ¿Qué pasa hermosa? (Pregunté preocupada e intentando despertarme)
Valen- Veni…. Te necesito.
Paula- Ahora voy. Tranquila. (Me calcé y salí corriendo para mi departamento, cuando entré busqué a Valen por toda la casa y la encontré en mi cuarto, hecha un bollito en un rincón de mi cama, abrazando un almohadón) ¿Qué pasa? (Pregunté sentándome a su lado, acariciando su pelo)
Valen- Que vomité de nuevo, eso pasa. (Dijo titubeando su voz, temblando)
Paula- (Suspiré) Tranquila mi amor….
Valen- Te juro que desde la vez que hablamos no lo hice de nuevo, hasta recién. Es que….
Paula- No intentes justificarte, porque no te voy a retar. Muchas veces ni tiene explicación. Lo único que puedo hacer ahora, y lo mejor que puedo hacer, es contenerte. Y acá me tenes…
Valen- Abrazame, por favor. (Pidió sentándose, con las pocas fuerzas que tenía, y yo la abracé, lo más fuerte que pude)
Paula- Tranquila chiquitita, no va a ser la última vez que lo hagas. Es muy poco probable que lo sea, porque es difícil de un día para el otro pensar o creer que no lo vas a hacer nunca más. Pero tranquila que no estás sola.
Valen- Gracias Pau.
Paula- Sh… No tenes nada que agradecer.

Un rato después, cuando ella estaba un poco más tranquila, sonó mi celular.

Paula- Hola.
Pedro- Amor. ¿Qué pasó que te fuiste?
Paula- Perdón que no te avisé, es que Valen me llamó y no me di cuenta…
Pedro- ¿Segura, no?
Paula- Sí Pepe, de verdad.
Pedro- ¿Me puedo quedar tranquilo por vos entonces?
Paula- Sí mi amor, gracias.
Pedro- ¿Y por Valen?
Paula- Mejorando…
Pedro- Te dejo entonces. Cualquier cosa que vengas, avisa porque ahora me voy con Tomi al estudio.
Paula- ¿No queres dejármelo?
Pedro- No amor, quédate con Valen que te necesita. Hablamos o nos vemos más tarde.
Paula- ¿Seguro?
Pedro- Sí amor… Un beso.
Paula- Otro para vos, gracias por lo de anoche, lo de hoy… Te amo.
Pedro- Sabes que no tenes nada que agradecer, yo también te amo. (Sonreí y cortamos)

Valen- Perdón, estabas con Pedro y los interrumpí.
Paula- Solo estábamos durmiendo una siesta los tres, no interrumpiste nada, tranquila. (Tomé su mano) Y no te preocupes por eso ahora. ¿No queres descansar un rato así cuando vuelve mamá no te ve tan angustiada? Aunque en realidad yo no debería estar aconsejándote esto, mamá lo debería saber.
Valen- No Pau, por favor no. (Dijo muerta de vergüenza y recordé la charla con mamá de hacía tantos años, cuando le confesé todo… Moría de vergüenza, de miedo)
Paula- Está bien, si nada empeora, y mejoras, no lo va a saber. Entiendo la vergüenza que sentís, y tenes la suerte, o eso creo, de tener una hermana mayor que quiere y puede hacerse cargo de vos.
Valen- Gracias. Sos la mejor, lo sabes.
Paula- Te quiero mucho enana, ya no enana. (Reímos)
Valen- Te quiero hermanita. (Y volvimos a abrazarnos)


3 comentarios:

  1. Que lindo capítulo!!! Lleno de amor y de contención!!! Que importante es tener un "guardaespaldas" que nos cuide y en el cual depositemos toda nuestra confianza!!! Gracias por subir!!!

    ResponderEliminar
  2. Me siento bastante masoquista leyendo estos capítulos jajajaja esta vez procuré leer este capítulo en casa y no en la calle como el de ayer porque no queda bien lagrimear por todos lados jajaja
    tu nove me causa una adicción terrible, me encantó Cami, pero de verdad, una vez que están juntos, tienen que ser felices, aunque sea un par de capítulos:( jajaja un beso, y espero mas que ansiosa el de mañana!

    ResponderEliminar