Capítulo 25

Al día siguiente, me desperté con Pepe y Tomi a mi lado…

Pedro- Buen día mi amor. (Dijo y besó mi mejilla)
Paula- Buen día… (Dije y me tapé mejor, tenía frío)
Pedro- Es peor que vos para levantarse. (Le dijo a Tomi y yo reí)
Paula- Vengan conmigo… Está lloviendo, hace frío y encima domingo. Día de fiaca en la cama.
Tomás- Tiene razón pa.
Pedro- (Rio) Son tremendos.
Paula- Dale, hacete amigo. (Dije abriendo la cama y haciéndole un lugar a mi lado. Él se acostó a mi lado, y Tomi estaba del otro)
Pedro- No aguanto más. ¿Se lo podemos decir?
Paula- (Sonreí) S

os vos el que se lo tiene que decir me parece.
Pedro- Pero ayúdame. (Tomó mi mano y sonreí)
Tomás- ¿Qué pasa?
Pedro- ¿Vos estás muy seguro de que te queres ir a vivir con Pau a España?
Tomás- Sí… (Sonreímos)
Pedro- ¿Seguro?
Tomás- Sí papi.
Pedro- Entonces… Dentro de un par de semanas estamos los tres allá.
Tomás- ¿En serio? (Dijo con una enorme sonrisa que nos contagió)
Pedro- Sí hijo. (Tomi no dijo nada y nos abrazó)
Paula- ¿Estás seguro de que me queres bancar todos los días?
Tomás- Obvio que sí. No hay nada que quiera más que vivamos los tres juntos.
Pedro- Siempre. (Besó mi mejilla)

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Pedro- Enano... Veni. (Lo llame mientras Pau se bañaba. Tomi se acercó a mí) ¿Estás seguro hijo? Es muy lejos...
Tomás- Ya sé pa, pero yo acá no estoy bien, y quiero que Pau sea mi mamá, que sea tú novia, quiero ir a un jardín nuevo. Quiero tener amiguitos que me quieran.
Pedro- Entonces nos vamos, papá tiene que hablar algunas cosas con su trabajo y nos vamos a vivir en el edificio donde vive Pau, en frente.
Tomás- ¡Sí! (Dijo sonríendo y me abrazó)

Esa noche, Tomi se fue a dormir a lo de su abuelo, bajo mi pedido, para poder disfrutar de la noche con Paula.

Pedro- Amor... (Dije abrazándola por la espalda, en el cuarto) Estamos solos...
Paula- (Sonrió) ¿A dónde vamos? (Preguntó posando sus manos sobre las mías)
Pedro- Mmm… ¿Queres salir? Si no pedimos algo para comer y helado.
Paula- Me gusta esa opción, implica más besos, más mimos.
Pedro- Sos tan tierna. (Besé su cuello) ¿Qué comemos?
Paula- Mmm… ¿Pizza?
Pedro- Y helado. Plan ideal, sobre todo porque vos sos parte. (Ella sonrió y me dió un beso)
Paula- Me estás endulzando demasiado y cuando esté allá sola se me ha a hacer eterno hasta que llegues.
Pedro- Si queres, lo llamo a Tomi, no tenemos cena solos, ni noche solos, ni nada eh.
Paula- (Reí) Sos un tarado. ¿Podemos ir a comprarla? Extraño que caminemos abrazados.
Pedro- ¿Por qué sos tan linda y tan tierna? (Sonrió y nos besamos)
Paula- Te amo.
Pedro- Y yo a vos, mucho. (Volvimos a besarnos y después de que nos abrigáramos, salimos rumbo a una rotisería que quedaba a algunas cuadras de casa, mientras esperábamos que esté, estábamos debajo de un árbol, yo apoyado contra él y yo la abrazaba, contra mi pecho)
Paula- ¿Sabes que todavía no puedo creer que estemos juntos de nuevo?
Pedro- ¿Sabes que yo tampoco? Por eso te cargoseo tanto, para confirmármelo todo el tiempo.
Paula- No me siento para nada cargoseada igual, me encanta que me mimes, que me cuides. Que me hagas sentir tú mujer.
Pedro- Me encanta que sientas la realidad. (Besé su cabeza y ella se levantó un poco para besarme)

Después de la pizza, estábamos en el sillón, charlando…

Paula- (Ella estaba acostada, yo sentado, con sus piernas sobre las mías) Amor. ¿Vos sos consciente de que te estás queriendo ir a vivir a otro lugar del mundo?
Pedro- De lo único que soy consciente es de que no puedo vivir lejos del amor de mi vida.
Paula- (Sonrió) No puedo creer que después de todo lo que pasó, vayas a hacer ésta locura por mí.
Pedro- Por vos, y por mí… Por los dos. Quiero que tengamos la vida juntos, esa que siempre deseamos.
Paula- (Se sentó, acercándose a mí, me tomó por la nuca y chocó mi frente con la suya) Te juro que ya no sé cómo demostrarte todo lo que te amo Pedro. Vos me conoces entera, sabes absolutamente todo de mí, aunque no nos hayamos visto por seis años… Vos me salvaste, y todavía no entiendo cómo fue que soportaste tanto conmigo, como fue que estuviste toda mi internación ahí al lado mío, siempre. (Besó mis labios, y sus ojos se llenaron de lágrimas) No puedo explicar lo demasiado que significó para mí que vos hayas estado todo ese tiempo al lado mío, impidiendo que caiga. Sos mi héroe, eso sos, que después de todo lo que pasó me hayas perdonado, que después de todo lo que sufriste por mi culpa hayas sido capaz de hacerlo… Eso es solo porque tenes un corazón de oro mi amor, un corazón que agradezco al cielo conocer, un corazón al que le voy a agradecer toda la vida que me ame, que me cuide. A vos mi amor, a vos tengo que agradecerte, cada cosa que hiciste por mí, a vos por haberme devuelto las ganas de vivir. Te amo con mi corazón, con mi alma, y ambos te pertenecen. Son tuyos. Están en tus manos.
Pedro- (Secó mis lágrimas con sus dedos, suavemente y besó mi nariz) Era imposible ir en contra de lo que sentía, era imposible no estar a tú lado, y agradezco haber podido estarlo, que te hayas dejado ayudar, costó, mucho, pero te dejaste, y amo haber sido yo quien estuvo ahí, porque si no lo hacía nunca me lo iba a perdonar.
¿Y sabes qué? Prefiero pensar que todo este tiempo separado era necesario para estar así, como estamos ahora, juntos, fuertes… Capaz que si no te ibas, hoy no estábamos juntos, o nos hubiésemos peleado por otra cosa… Los dos sufrimos separados, eso no lo podemos negar, pero ahora estamos juntos, y va a ser así, para siempre. Porque aprendimos que estar separados no sirve de nada, y porque juntos somos mucho más fuertes.  (Besé sus labios, suavemente) Y explícame cómo iba a hacer para no perdonarte, en muchos puntos te entiendo, y no sé, capaz también te lo agradezca, hoy los dos estamos parados de otro modo frente a la vida, y eso es lo que nos va a ayudar a enfrentarla juntos. Era imposible no perdonarte mi amor, creo que tan solo cada cosa que acabas de decirme, eran motivos más que suficientes para perdonarte. (Volví a besarla) Te amo con mi vida Paula, sos mi mujer, la mujer con la que quiero compartir cada segundo de mi vida. Sos mi complemento perfecto, sos la mejor mamá, o como quieras llamarlo, que puede tener Tomi, y sé, porque lo sé, que vas a ser la mejor mamá de nuestros hijos. (Ella sonrió)
Paula- Te amo.
Pedro- Te amo. (Nos sonreímos y nos besamos, por un largo rato, nuestras bocas eran como dos imanes que no lograban separarse. Todos esos besos que nos debíamos, esos que estuvieron tanto tiempo acumulados, eran los que nos estábamos dando ahora)
Paula- Tus besos son adictivos.
Pedro- Vos sos adictiva. (Volvimos a sonreírnos y a besarnos) Veni… (La tomé de la mano, y después de buscar el helado y dos cucharas, nos fuimos al cuarto)
Paula- (Cuando terminamos el helado, se acomodó sobre mi pecho y yo prendí la tele, en busca de una película) Apaga la tele, no quiero verla.
Pedro- (Sonreí y eso hice, para abrazarla, ella besaba mi cuello y yo jugaba con su pelo) Tengo que decirte algo amor…
Paula- No arruines el momento.
Pedro- (Reí) No voy a arruinar nada, lo prometo. (Ella apoyó sus brazos en mi pecho, mirándome, levantando su cabeza)
Paula- Te escucho… (Dijo y besó mis labios)
Pedro- No es lo más romántico del mundo, pero no me aguanto más…
Paula- Decime, no juegues con mi ansiedad. (Reímos)
Pedro- ¿Queres volver a ser mi novia?
Paula- (Sonrió, mucho. Rosando mi nariz con la suya) ¿En serio necesitas una respuesta? (Me besó) Obvio que mi respuesta es un sí, un sí enorme. (Volvimos a besarnos) Te amo mi amor.
Pedro- Te amo novia. (Nos sonreímos y volvimos a besarnos, comenzando a despojarnos de nuestras ropas, para unirnos, amándonos)