Capítulo 23

Cuando Florencia se fue, corrí al cuarto de Pedro, sin tocar la puerta entré y él estaba sentado en un rincón, abrazando sus piernas y escondiendo su llanto en sus rodillas. Me senté a su lado y lo abracé contra mí.

Pedro- Explicame qué hacer con ésta situación porque te juro que no sé.
Paula- Te juro que si lo supiera te lo diría…
Pedro- (Suspiró) No sé, no sé qué hacer. Me duele que Tomi esté en el medio de todo esto, no quiero que sufra más, necesito protegerlo.
Paula- Te prometo que yo te voy a ayudar con eso.
Pedro- Gracias.
Paula- (Acaricié su pelo) Sh… (Y continúe con las caricias intentando tranquilizarlo)
Pedro- Tiene cinco años Pau, cinco. ¿Cómo se le explica todo esto? Intento dibujársela siempre, para que no le duela tanto...
Paula- Amor, que te maquines tanto ahora no tiene sentido, estás nervioso, angustiado, enroscado… Tranquilizate un poco, porque si a cómo estás le sumas todas éstas suposiciones que haces, es peor.
Pedro- Pero te juro que mi cabeza no para.
Paula- ¿Por qué no dormís un rato? O mejor, hasta mañana…
Pedro- ¿No te enojas si te dejo sola?
Paula- No tonto. Veni. (Me levanté y le di la mano para que se levante) Antes podes darte una ducha, tranquilizarte, y si queres te preparo un té...
Pedro- Fumo un pucho. Té sabes que no…
Paula- ¿Fumas? (Pregunté sorprendida)
Pedro- Em… Sí. ¿No te dije?
Paula- No…
Pedro- Lo probé después de que nos separamos, y me tranquilizaba, y no sé.
Paula- (Suspiré, con culpa) Perdón… (Dije mirando al suelo)
Pedro- (Hizo que lo mire, tomándome del mentón) No es tú culpa.
Paula- Sí Pedro, yo te deje.
Pedro- (Me besó) No te pongas mal vos también porque nos vamos a pique eh.
Paula- (Reí) Perdón mi amor.
Pedro- Sh. Vos no provocaste que lo haga.
Paula- Sí Pedro…
Pedro- (Me calló de un beso) Basta, en serio. Otro día si queres te convenzo de que no, pero ahora no puedo ni hablar. (Lo abracé por el costado y besé su mejilla) ¿Puedo saltearme la parte del baño?
Paula- Si queres…
Pedro- Veni que además de extrañarte, necesito los mimos de la mujer más linda para dormir un rato. (Sonreí mientras él de su mano me dirigía a la cama, se acostó y apoyó su cabeza sobre mis piernas cruzadas, yo pose mis manos en su nuca, haciéndole masajes. Después de un rato, me pidió que me acueste con él y así lo hice, nos dormimos abrazados)

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No sé qué hora era, pero escuchaba a Paula gritar, y la sentía moverse, desesperada… Me senté en la cama, intentando darme cuenta si era un sueño o la realidad.

Pedro- Pau, amor… ¿Qué pasa? (Dije prendiendo la luz, pero noté que ella estaba dormida. ¿Soñaba? Volví a acostarme y hable a su oído) Hermosa, despertate, estás soñando. Tranquila. (Pero ella no abría los ojos) Amor… Pau. (Suspiré y grité) ¡Paula! (Ella abrió los ojos, pero solo lloraba) Mi amor. Estabas soñando… (Dije y ella me abrazó, refugiándose en mi pecho, sin decirme nada, pero sin dejar de llorar) Hey. ¿Qué pasa? (Pregunté abrazándola contra mí, pero ella no podía responder)
Paula- ¿Estaba soñando? Decimelo.
Pedro- Sí amor, tranquila.
Paula- Fue horrible. (Dijo con un hilo de voz) Y lo sentía demasiado real. (Suspiró) Mi viejo, me volvía a llevar, y no me acuerdo como me escapaba, sola, porque vos no existías, y mamá y Valen estaban allá, y cuando volvía a mi casa, vomitaba, pero de una forma horrible, y cuando me despertaste me estaba por suicidar… Fue horrible Pedro. Tengo la sensación en el cuerpo, de lo que estaba haciendo, y de que vos no estabas, no sé. Fue espantoso.
Pedro- Tranquila gorda. Fue un sueño, yo estoy acá con vos, tu viejo sigue preso. No hiciste nada. Sh… (Dije acariciando su espalda y apagué la luz. Acomodé las mantas, tapándonos y besé su frente) No llores.
Paula- Tengo una sensación horrible en el cuerpo, fue demasiado real.
Pedro- Pero no lo es linda.
Paula- (Suspiró) Voy a tomar algo, y un poco de aire. (Dijo levantándose)
Pedro- (También me levanté, agarrando una manta) Voy con vos.
Paula- Quedate si queres.
Pedro- No, quiero ir con vos. (Tomé su mano y salimos del cuarto, fuimos a la cocina y le serví un vaso de agua)
Paula- Gracias. (Dijo y después de agarrar el vaso, tomó un poco. Pero no dejaba de temblar, asique cuando terminó le quité el vaso de su mano y lo dejé en la mesada. La abracé contra mi pecho y la envolví con la manta)
Pedro- Tranquilizate un poco Pau.
Paula- Parezco una boluda, pero te juro que no puedo.
Pedro- Te entiendo. ¿Sabes? Soñaba muy seguido que te encontraba, y lo sentía tan real que cuando me despertaba era horrible.
Paula- Me pasaba lo mismo…
Pedro- (Besé su cabeza) ¿Queres que salgamos al balcón?
Paula- ¿Qué hora es?
Pedro- No sé… No importa. Ninguno se tiene que despertar temprano, yo pedí vacaciones por el enano, asique… No importa. Veni. (Abrazados salimos al  balcón, yo me senté contra la pared, con la manta sobre mi espalda, y ella en mis piernas, la abracé, con mis brazos y la manta y comencé a besar su cuello) ¿Cuándo te volves?
Paula- El lunes a la noche.
Pedro- Ósea que nos queda hoy, domingo y lunes… No, no vale.
Paula- (Rio) No sé qué hacer, no quiero separarme de vos.
Pedro- Nos vamos con vos.
Paula- Pero… ¿Florencia? No te podes ir ahora Pepe, porque ahí sí que tendría motivos para hacerte un juicio o lo que sea.
Pedro- (Suspiré) Tenes razón. Voy a hablar con algún abogado…
Paula- (Se acomodó sobre mí y cerró sus ojos) Ahora disfrutemos que estamos juntos, aunque no sé si en las mejores condiciones, estamos juntos, y no quiero desaprovecharte.
Pedro- Te amo mucho mi amor.
Paula- Y yo a vos Pepe. (Nos besamos y después de un rato entramos, pero sin dejar de besarnos) ¿Te tomaste muy a pecho lo de que te quiero aprovechar, no? (Preguntó mientras hacía que caigamos en la cama y yo sonreí)
Pedro- Aprovecharte, es aprovecharte completa.
Paula- Te amo tanto Pedro, tanto. (Dijo besando mi cuello y yo la abracé)
Pedro- Te amo hermosa.

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No había dormido más, él tampoco, estaba recostada sobre su pecho desnudo y mientras yo jugaba con su barba, él lo hacía con mi pelo.

Pedro- Ahora pararía el tiempo. Necesitaba volver a sentir toda esta paz.
Paula- (Deposité un beso en su pecho) Parémoslo, por favor. (Me abrazó más fuerte y entrelacé mis dedos con los suyos) Cada vez que estamos así me doy cuenta de lo idiota que fui… De todo lo que perdimos por mi culpa.
Pedro- No, no pienses en eso. (Acarició mi brazo) Disfrutalo mejor.
Paula- (Sonreí y me besó) Te amo.
Pedro- Te amo. (Volvimos a besarnos y él se fue al baño, a cambiarse, yo hice lo mismo en el cuarto y me fui a preparar el desayuno)
Paula- No sabes lo que extrañaba el mate.
Pedro- Si nos vamos para allá me llevo kilos, kilos y kilos de yerba. (Reímos)

Más tarde, Pepe se estaba bañando y yo lavando los platos del almuerzo.

Tomás- Pau…
Paula- ¿Qué mi amor?
Tomás- ¿Cuánto te volves? (Dejé los guantes de látex, luego de quitármelos y me agaché a su altura)
Paula- El lunes a la noche.
Tomás- Entonces… ¿El lunes me podes ir a buscar a la escuela con papá? Como si fuesen mis papás…
Paula- (Sonreí) Obvio bonito. Si vos queres…
Tomás- Sí que quiero.
Paula- Entonces vamos los dos Tomi. (Nos abrazamos) Te quiero mucho. ¿Sabes?
Tomás- Te quiero Pau.